Lo peor no es lo que el tío Paco cobrase o dejase de cobrar. Lo lamentable es la de altos cargos militares, ministros, asesores, enchufados del partido y gente que por allí pasaba, que se habrán llenado los bolsillos durante toda la dictadura. Seguro que más de uno pasó de paleto del pueblo militante de falange a tener nosecuantas tierras, casas y cuentas corrientes.