Es una especie de museo de los horrores.
Por desgracia las generaciones actuales de trolls están de capa caída y ahora se pelearían por aparecer ahí cuando su función original es quedar retratado como imbécil para que pasados unos años se te caiga el alma a los pies al ver como eras, tu mujer se fugue con el butanero y en mercadona empiecen a cobrarte por las bolsas de plástico.