La Policía ha detenido en Valladolid a dos hombres, L.B.P., de 61 años, y J.M.C.C., de 57, porque supuestamente han estafado unos 25 millones de euros a cerca de 500 clientes de la mercantil en la que trabajaban, con sede en la capital vallisoletana y delegación en Sevilla, algunos de ellos procedentes de la Comunidad de Madrid.
Ambos fueron detenidos el pasado 15 de febrero cuando se dirigían a su oficina, situada en la Plaza Mayor de Valladolid.
La empresa, que se dedicaba a la captación de fondos a particulares para su posterior asesoramiento e inversión en los mercados, tenía unos 500 clientes y contaban con dos oficinas, una en Valladolid y otra en Sevilla.
La cifra estafada, calificada por el Cuerpo Nacional de Policía como "de gran cuantía", incluye el capital aportado por los clientes y los intereses devengados.
En cuanto a la posible recuperación del dinero, la Policía considera que es bastante difícil porque la empresa se encuentra en una situación de total iliquidez e insolvencia patrimonial.
Las investigaciones comenzaron el pasado 28 de enero cuando varios de los afectados denunciaron que habían confiado importantes cantidades de dinero a Riverduero y sus dueños no les dejaban recuperarlo y les daban numerosas largas.
Chiringuito financiero
Tras la denuncia, los agentes comprobaron que la sociedad funcionaba como un "chiringuito financiero", es decir, no estaba registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ofrecían productos inexistentes y no llevaban las cuentas individualizadas.
La investigación concluyó que, a partir de 1999, Riverduero empezó a invertir dinero de sus clientes en productos sin ninguna cobertura, lo que les provocó importantes pérdidas. A pesar de todo, no informaron de ello a sus clientes.
A partir de ese momento, cuando un cliente quería recuperar su capital, se le reintegraba con aportaciones de otros nuevos, con los que se cubrían también los gastos comunes.
Todo se volvió insostenible cuando en verano de 2007 no pudieron hacer frente a las devoluciones de los ciudadanos que acudían en masa a recuperar su dinero.
Aquí el más tonto hace relojes, y los vende a los que se creen listos..