De verdad que me sabe fatal. Sinceramente, lo siento mucho.
Mi mujer y yo vivimos un año en el extranjero, algo soñado por ambos. Al volver, pasamos unos meses buenos aquí, pero de golpe se empezó a torcer todo en tema mascotas. Adoptamos una Schnauzer y también la tuvieron que dormir a los 7 meses de adoptarla (pero en ese tiempo se hizo un miembro más de la familia). Luego de varios gatos que teníamos... unos desaparecieron, a otros los mataron... uno que queríamos mucho lo encontramos, tras muchas horas buscándolo, muerto en medio del campo en un día gris y lluvioso a más no parar... luego fuimos un día al veterinario y vimos una pareja fuera, llorando de manera exagerada y nos dio mucha pena... pues mira, a las dos semanas éramos nosotros quién volvíamos con una gata que teníamos hacía más de 10 años, de golpe cogió tumor de mamas y no duró casi nada.
Lo de los animales es así, si eres sensible te hacen sufrir cuando se van, pero te dan muy buenos momentos. A nosotros todavía nos dura lo que he contado y eso que hace ya un año largo de lo primero que pasó, pero es que fue un no parar. No sabes qué decir ni qué hacer, y la verdad es que no sé qué decirte. Tenemos más animales pero eso no quita que no echemos de menos a todos los que se fueron ese horroroso año. Creo que ninguno que puedas tener ahora substituirá a los que se han ido. Además, no sería justo ni para los que se van ni para los que vienen. Los nuevos son seres independientes de los que ya no están, no merecen ser substitutos. Los que se han ido no merecen ser substituidos.
Y mira, te digo más: quiero hacer un montaje fotográfico de la Schnauzer y todavía hoy no tengo valor a cargar las fotos sin que se me caiga el alma al suelo. La adoptamos que estaba muy mal, la habían abandonado, tenía infecciones, el pelo hecho un asco... los de la protectora no nos dijeron nada de los dos tumores que tenía (se supone que no sabían nada)... nosotros en esos 7 meses le dimos lo mejor que pudimos y ella se volcó hacia nosotros como nunca he visto en un perro. Le encantaba jugar con nosotros, nunca se quería separar de nuestro lado, le dimos buena comida, mucho cariño, la aseábamos, la llevábamos a cortarle el pelo... hasta que, cuando todo iba genial, empezó a mostrar síntomas de esos tumores: se ahogaba, dejaba de respirar y caía tendida en el suelo durante unos segundos hasta que se levantaba medio mareada. Pasamos un par de meses viviendo lo que he explicado día sí, día también. Algunos días incluso varias veces al día. Eso incluye las noches, casi no dormimos nada durante esa temporada, cualquier ruido nos hacía dar un salto de la cama a mi mujer y a mí. Estuvimos intentando sabér qué le pasaba, fuimos a varios veterinarios y ninguno nos lo supo decir, hasta que un veterinario experimentado en estos temas nada más tocarla supo lo que era. El último día antes de llevarla a dormir no podía ni moverse, pero seguía jugando con su peluche favorito si se lo acercábamos.
Como ves no sé qué decirte para intentar animarte ni que sea un poco y encima te explico cosas malas, pero con eso quiero que medites lo que te voy a decir ahora: al final todo pasa pero se mantiene lo aprendido. Seguimos dolidos por las pérdidas, pero nos han pasado cosas buenas y nuevas. Tenemos en mente nuevos planes y seguir con nuestra vida, y ese dolor enorme se acaba convirtiendo en un recuerdo bonito, como bien te han dicho. Las lágrimas que derramas ahora junto a dolor, en un tiempo las derramarás recordando buenos momentos, y te darás cuenta (si no lo has hecho ya) de lo mucho que dos animales te han enseñado a tí como persona. Verás que no solo tú les has ayudado, ellos a tí también te han enseñado cosas. Creo que lo de los animales es extrapolable a las personas: es doloroso separarse de ellas, porque el tiempo que habéis compartido ha sido bien aprovechado. Ellos ya no están, ahora quedáis vosotros, el mejor homenaje que les podéis hacer es mantener lo que habéis aprendido de ellos y cuando os comportéis de manera noble, fiel o seáis amables, pensad que en ese comportamiento hay algo, por pequeño que sea, aprendido de vuestros antiguos compañeros. Es lo que más se merecen.