Hola, primero de todo muchas gracias a l@s dos por buestros comentario, aun solo habiendo dos voy a subr el segundo capitulo, no creo que tenga muchos mas comentarios u_u, bueno sin ma entretenera aqui os dejo el segundo, espero que os guste y ya sabeis, las criticas no me molestan, las acepto porque me ayudan a mejorar
. Saludos
Capítulo 2: Un cambio inesperado
Poca gente sabe una de las maneras mas eficaces de despertar a una persona, la cual creo mucho mejor que un cubo de agua. Así es como me desperté, Jonny me tiraba el humo del despertar en la cara mientras que Steve se reía tumbado en el sofá, no se que hora seria pero mi intuición me decía que no era muy pronto, el sol entraba fuerte por las rendijas de la gran ventana de la habitación, aquello me frustró más al recordar que no había aparecido por casa en casi un día así que me despedí y salí lo más deprisa que pude de la casa de Steve.
Cuando has estado fumando y te acuestas bajo los efectos de la droga, al día siguiente te pican los ojos, te lloriquean y cualquier cambio de intensidad de luz te afecta mucho. La cabeza con las drogas de fumar no suele doler, pero a cambio deja sus huellas provocándote un aturdimiento y mareo ligero que hace que reacciones de una manera un tanto patosa. Recordando las angustiosas imágenes del bajón de la tarde anterior decidí para mi mismo no volver a probar el hachís.
Cuanto más me acercaba a mi “hogar” unos gritos me destrozaban por dentro, era mi padre gritando a mi madre, cada mañana era igual, y a mi eso me dolía tanto como el acoso físico que sufría mi madre, en esas situaciones una sensación de impotencia y rabia se apoderaba de mi, haciéndome pensar de una manera irracional. Todos estos años viviendo esta situación han hecho crecer en mi un miedo, que al escuchar a alguien discutir me hace pensar en mi madre.
Entre en casa y me dirigí a la habitación de donde provenía el estruendo, mi madre estaba en el suelo con lagrimas en la cara y mi padre estaba rojo de cólera, chillándola, me fije en el rostro de mi madre que tenía las huellas de una paliza, en esos momentos una sensación de protección hacia tu ser más querido reacciona por ti, fui hacia mi padre y le aleje de mi madre con un empujón, mi madre comenzó a llorar más y me suplicaba que me marchara, a mi padre le comenzó a temblar la cabeza de la furia vino corriendo hacia mi y me asentó un puñetazo en la barriga, el aire me faltaba, la angustia me invadía y casi no podía respirar, pero tantos años viviendo lo mismo te vuelven más resistente, en cuanto recuperé el aliento sin pensar lo que hacía le golpeé la cara con todas mis fuerzas, haciéndole sangre en la nariz, mi padre me miró y comenzó a reírse con locura, os prometo que ver a alguien reírse así da mucho miedo, después de eso me cogió por el cuello y me tiró contra la pared, ya no, ya no podía, mi cuerpo no daba más de si, la cabeza me daba vueltas y la mirada me fallaba.
Mi padre fue al baño a limpiarse la sangre, quizás fue lo mejor que pude hacer, plantarle cara, a lo mejor había comprendido algo con mi reacción. Con lágrimas en los ojos me acerqué a mi madre que todavía lloraba en el suelo.
-Mamá, mamá escucha, quiero que sepas que te quiero, pero yo no aguanto más esta situación, me voy de casa. Te quiero- de ese momento solo recuerdo lo mal que me sentí por abandonarla.
Mi madre no dijo nada, solo me abrazaba y me agarraba de la ropa muy fuerte, firme a mi decisión abandoné aquel hogar, cojeando y con una mano en la pierna caminaba como podía hacia el único lugar que podía ir, a casa de Steve.
Por un momento dudé de picar a la puerta, pero era mi única opción. Steve abrió la puerta, suerte que fue él y no su madre, no es que me llevara mal con su madre, todo lo contrario su madre era parecida a Steve, pero seguro que haría mas preguntas de las debidas. Steve se me quedo mirando por un momento algo aturdido.
-Tío Darry, pero que coño te ha pasado, quien te ha hecho eso... vamos pasa no te quedes ahí parado-
Cuando acabé de explicarle lo sucedido se quedó pensativo y a la vez inquieto no paraba de moverse.
-Puedes quedarte aquí, lo sabes, ¿quieres que hagamos algo a tu padre?-
-No no, será mejor dejar las cosas como están, no quiero hablar mas de el tema- unas lagrimas se me escaparon.
Todo lo que pasa en la vida debe servir para aprender algo, si no es que no caminamos hacia delante. No paraba de pensar en todo lo sucedido durante todos los años en aquella casa, un dolor abrumador apretaba mi corazón queriéndolo exprimir y haciendo brotar las lagrimas de la tristeza, esas gotas saladas que expresan tu mas mísero sentimiento. Mi madre quizás no me había dado todo lo que un niño desearía, pero me dio todo lo que pudo y un amor infinito, todo lo que se puede esperar de una madre, para mi simplemente fue la mejor de todas.
Un olor me hizo salir de mi profundidades, era el olor del hachís rustido, un olor para mi gusto muy delicioso y tranquilizante, todo lo contrario de cuando se fumaba, el humo es lo que más odio, huele tan mal y es tan molesto que muchas veces aunque estés apalancado en el sofá te hace moverte de sitio.
-Ten, esto te calmara y hará que se te pase antes- dijo pasándome el porro recién liado.
Recordé las palabras que dije “no volveré a probar el hachís” pero los pensamientos de lo que acababa de pasar se pusieron por medio y decidí cogerlo.
Así es como se hicieron añicos las palabras que dije, dándole caladas a una droga. Aquello me hizo olvidar lo sucedido con mis padres, la droga crea un mundo aparte en el que estás protegido de lo exterior, nada parece preocuparte y así te vicia a la sensación que te crea de bienestar.