Drogas (basada en hechos reales) [cap 2]

Bueno... soy nuevo en la página, todavía no se muy bien como va esto si hago algo mal o incumplo alguna norma hacérmelo saber :3.

Esta es una historia que escribí hace unos meses, actualmente esta inacabada por motivos de estudios, en cuanto pueda la acabaré, espero vuestros comentarios, criticas, y ánimos para seguir adelante ^^. Sin mas rodeos aquí os la dejo:





Capítulo 1: El principio.

En estos momentos de soledad, cuando te das cuentas hasta de la suave brisa que mece tu pelo es cuando más recuerdos invaden tu mente, como queriendo revivir los momentos ya vividos que dejaron marca en ti.

Me llamo Darry y por aquel entonces tenía 15 años. Correteaba por las calles de San Francisco para llegar lo antes posible a casa, dejar las cosas del instituto e ir con mis amigos. En mi casa no me encontraba a gusto, mi padre acababa de salir de su alcoholemia y era muy agresivo, constantemente estaba enfadado, a mi ni me importaba ni me afectaba, teníamos una relación bastante distante. Nada de culpa tenía mi madre, con quien me llevaba muy bien, pero estar en mi casa era insoportable.

Decidí no pasar por casa e ir directamente con mis amigos, aunque tuviera que cargar con los libros todo el día. La vida en este pequeño pueblo de los grandes Estados Unidos era bastante dura, paseando por las calles podías conocer el lado más bajo y moribundo de la sociedad, las bandas criminales cada vez aumentaban el numero de delitos, y la policía no daba abasto para parar tanto descontrol.

Steve vivía a una manzana del parque que estaba atravesando, su casa era un encuentro colectivo, cuando no sabias que hacer ir a su casa era la opción más acertada, era un tipo legal, la típica persona que puedes confiar en él, siempre nos echábamos unas risas, incluso en los momentos más delicados, aun así era listo, una persona atenta.

Si eres nuevo por el barrio y le quieres caer bien, lo mejor es que no piques dos veces al timbre, en aquella casa se tenía por costumbre picar solo una vez al timbre, y si hacías lo contrario lo más probable es que saliera echándote la bronca. En seguida que pique vino a abrirme, y con el abrir de la puerta vino ese característico olor que marca el lugar, el olor a porro. Es algo a lo que te acostumbras cuando lo hueles casi 20h al día.

-¡Que pasa Darry!- Siempre saludaba tan energéticamente, primero se chocaba la mano y después el puño, era solo el saludo de los amigos, el reconocimiento.

-¿Darry? ¿qué tal tío?- Era la voz de Jonny.

Jonny Steve y yo éramos inseparables, hacíamos las cosas juntos o si no, no las hacíamos, desde hacia muchos años estábamos unidos por el lazo de la amistad, jamás nos habíamos peleado ni separado, éramos carne y uña.

-¿Qué tal Jonny?- Las preguntas retóricas eran una de las formas de saludar.

Teníamos una habitación en la que siempre estábamos, habían dos sofás, y mucho humo, el humo territorial, que cualquier novato saldría con los ojos rojos y chorreando, yo a pesar de no fumar no niego que alguna vez cogiera el cieguillo de tanto humo.

Aquella vez era diferente no me importaba fumar, mis amigos nunca me habían ofrecido, con ese tema se portaban bien, pero sin embargo después de ver a Jonny fumar desde los 11 años y Steve desde los 13, no me importaba hacerlo, asumía la desdicha de acortarme la vida a cambio de un momento de diversión, había perdido toda esperanza en una vida buena, la vida solo sirve para trabajar y sufrir.

-Jonny, pásame eso que lo voy a probar- Dije decidido.

Jonny y Esteve se quedaron perplejos, sin embargo Jonny le dio una calada más, le quito la ceniza y me lo pasó. Steve no parecía muy de acuerdo con eso, pero ante la elección mía no podía hacer nada.

Los dos empezaron a explicarme como lo debía de hacer, me dijeron tantas cosas que apenas me quede con la última, eso solo lo hizo más problemático, haciéndome dudar de mi elección, en cuanto Jonny y Steve se pusieron a hablar sobre como empezaron ellos a fumar, aproveché para darle una calada, mi primera calada, no quería que nadie me estuviera mirando, no me gustaba llamar la atención.

Me lo puse en la boca y aspiré, la sensación fue muy rara, note como entraba el humo a la boca, y recordé que me dijeron que debía de tragármelo, pero no pude, aquello era intragable, al no tragármelo comencé a toser, distrayendo la atención de ellos y haciéndoles mirarme, empezaron a reírse mientras yo tosía como un condenado.

-Tío Darry, debes de tragarte el humo, pero no como la comida... solo debes de seguir aspirando para que vaya a los pulmones, si no va al estomago y no es muy bueno- me dijo Steve.

Con esas nuevas indicaciones volví a intentarlo esta vez exitosamente, y lo repetí y repetí, no se bien bien como expresar lo que se sentía, no seguía haciéndolo porque me lo pidiera el cuerpo, sino por el estado que dejaba, cada calada era como un ligero “mareo” que te dejaba “diferente” cada vez me sentía más y más alegre hasta el punto en que me reía por cualquier tontería.

-Eh, que esta pasando aquí, acabas de comenzar a fumar y ya te lo estas acabando tu solo, trae para aquí- Dijo Jonny cogiéndome el porro de las manos.

Cuando vas morado estás bajo la protección de un estado de tranquilidad, en el que nada te importa y todo fluye.

Otro porro me llego a mis manos y yo recién empezado a fumar inocente a merced de el hachís, seguí fumando, el estado cada vez se hacía más notario, la cabeza si me descuidaba me daba vueltas, el cuerpo se me hacia de plomo, intuí que aquel estado no podría ser muy bueno, así que pasé el porro a Steve.

-Uf Darry, estas blanco, será mejor que tu no fumes más y te tumbes te está dando un bajón- Me aconsejó Steve.

Las drogas tienen una fase de subida en la que estas contento activado y alterado, y otra de bajada, en la que te entra la vaguicia, no tienes ganas de hacer nada, y si te ha sentado mal fumar puede ser de lo más asqueroso un bajón.

Me estiré en el sofá, estaba bastante mareado, intenté dormir pero no podía cerrar los ojos, en cuanto los cerraba sentía una gran presión que me aplastaba contra el sofá, y me aprisionaba, como si el cuerpo me pesara mil quilos y no pudiera ni levantarlo, en cuanto abría los ojos la sensación cesaba, pero cada vez me entraba más y más sueño y sin querer se me iban cerrando los ojos y cuando ya no podía aguantar más el peso de mi cuerpo, los volvía a abrir, y así sucesivamente hasta que caí rendido y me dormí.
El tema que tratas no es de mi predilección, la verdad, pero reconozco que está muy bien escrito, llevas al lector a saltos continuos y cortos por sus recuerdos y por lo que está contando :) y me sorprende la detallada descripción de sensaciones mientras fuma y después de fumar. Tengo curiosidad por saber cómo y hacia dónde vas a llevar la historia, así que ánimo y escribe cuando puedas. [oki]

PD: Yo también estudio y te comprendo, tener tiempo para escribir puede ser complicado :(
La idea que quieres transmitir es buena, novedosa y actual. Para darle un mejor ritmo de lectura ymejor comprensión, deberias aprovechar los recursos que la puntuación da a la escritura (punto y seguido, comas, punto y coma, etc...) Así como darle un orden más estructurado a la oración (sujeto,verbo y predicado) que hace un estilo más directo. Pero tu sigue así, un saludo y gracias por compartir tu relato con nosotros.
Hola, primero de todo muchas gracias a l@s dos por buestros comentario, aun solo habiendo dos voy a subr el segundo capitulo, no creo que tenga muchos mas comentarios u_u, bueno sin ma entretenera aqui os dejo el segundo, espero que os guste y ya sabeis, las criticas no me molestan, las acepto porque me ayudan a mejorar :). Saludos





Capítulo 2: Un cambio inesperado

Poca gente sabe una de las maneras mas eficaces de despertar a una persona, la cual creo mucho mejor que un cubo de agua. Así es como me desperté, Jonny me tiraba el humo del despertar en la cara mientras que Steve se reía tumbado en el sofá, no se que hora seria pero mi intuición me decía que no era muy pronto, el sol entraba fuerte por las rendijas de la gran ventana de la habitación, aquello me frustró más al recordar que no había aparecido por casa en casi un día así que me despedí y salí lo más deprisa que pude de la casa de Steve.

Cuando has estado fumando y te acuestas bajo los efectos de la droga, al día siguiente te pican los ojos, te lloriquean y cualquier cambio de intensidad de luz te afecta mucho. La cabeza con las drogas de fumar no suele doler, pero a cambio deja sus huellas provocándote un aturdimiento y mareo ligero que hace que reacciones de una manera un tanto patosa. Recordando las angustiosas imágenes del bajón de la tarde anterior decidí para mi mismo no volver a probar el hachís.

Cuanto más me acercaba a mi “hogar” unos gritos me destrozaban por dentro, era mi padre gritando a mi madre, cada mañana era igual, y a mi eso me dolía tanto como el acoso físico que sufría mi madre, en esas situaciones una sensación de impotencia y rabia se apoderaba de mi, haciéndome pensar de una manera irracional. Todos estos años viviendo esta situación han hecho crecer en mi un miedo, que al escuchar a alguien discutir me hace pensar en mi madre.

Entre en casa y me dirigí a la habitación de donde provenía el estruendo, mi madre estaba en el suelo con lagrimas en la cara y mi padre estaba rojo de cólera, chillándola, me fije en el rostro de mi madre que tenía las huellas de una paliza, en esos momentos una sensación de protección hacia tu ser más querido reacciona por ti, fui hacia mi padre y le aleje de mi madre con un empujón, mi madre comenzó a llorar más y me suplicaba que me marchara, a mi padre le comenzó a temblar la cabeza de la furia vino corriendo hacia mi y me asentó un puñetazo en la barriga, el aire me faltaba, la angustia me invadía y casi no podía respirar, pero tantos años viviendo lo mismo te vuelven más resistente, en cuanto recuperé el aliento sin pensar lo que hacía le golpeé la cara con todas mis fuerzas, haciéndole sangre en la nariz, mi padre me miró y comenzó a reírse con locura, os prometo que ver a alguien reírse así da mucho miedo, después de eso me cogió por el cuello y me tiró contra la pared, ya no, ya no podía, mi cuerpo no daba más de si, la cabeza me daba vueltas y la mirada me fallaba.

Mi padre fue al baño a limpiarse la sangre, quizás fue lo mejor que pude hacer, plantarle cara, a lo mejor había comprendido algo con mi reacción. Con lágrimas en los ojos me acerqué a mi madre que todavía lloraba en el suelo.

-Mamá, mamá escucha, quiero que sepas que te quiero, pero yo no aguanto más esta situación, me voy de casa. Te quiero- de ese momento solo recuerdo lo mal que me sentí por abandonarla.

Mi madre no dijo nada, solo me abrazaba y me agarraba de la ropa muy fuerte, firme a mi decisión abandoné aquel hogar, cojeando y con una mano en la pierna caminaba como podía hacia el único lugar que podía ir, a casa de Steve.

Por un momento dudé de picar a la puerta, pero era mi única opción. Steve abrió la puerta, suerte que fue él y no su madre, no es que me llevara mal con su madre, todo lo contrario su madre era parecida a Steve, pero seguro que haría mas preguntas de las debidas. Steve se me quedo mirando por un momento algo aturdido.

-Tío Darry, pero que coño te ha pasado, quien te ha hecho eso... vamos pasa no te quedes ahí parado-

Cuando acabé de explicarle lo sucedido se quedó pensativo y a la vez inquieto no paraba de moverse.

-Puedes quedarte aquí, lo sabes, ¿quieres que hagamos algo a tu padre?-

-No no, será mejor dejar las cosas como están, no quiero hablar mas de el tema- unas lagrimas se me escaparon.

Todo lo que pasa en la vida debe servir para aprender algo, si no es que no caminamos hacia delante. No paraba de pensar en todo lo sucedido durante todos los años en aquella casa, un dolor abrumador apretaba mi corazón queriéndolo exprimir y haciendo brotar las lagrimas de la tristeza, esas gotas saladas que expresan tu mas mísero sentimiento. Mi madre quizás no me había dado todo lo que un niño desearía, pero me dio todo lo que pudo y un amor infinito, todo lo que se puede esperar de una madre, para mi simplemente fue la mejor de todas.

Un olor me hizo salir de mi profundidades, era el olor del hachís rustido, un olor para mi gusto muy delicioso y tranquilizante, todo lo contrario de cuando se fumaba, el humo es lo que más odio, huele tan mal y es tan molesto que muchas veces aunque estés apalancado en el sofá te hace moverte de sitio.

-Ten, esto te calmara y hará que se te pase antes- dijo pasándome el porro recién liado.

Recordé las palabras que dije “no volveré a probar el hachís” pero los pensamientos de lo que acababa de pasar se pusieron por medio y decidí cogerlo.

Así es como se hicieron añicos las palabras que dije, dándole caladas a una droga. Aquello me hizo olvidar lo sucedido con mis padres, la droga crea un mundo aparte en el que estás protegido de lo exterior, nada parece preocuparte y así te vicia a la sensación que te crea de bienestar.
Hola Clayron,

El relato está muy bien, es entretenido digamos que bien redactado y engancha. Quizás estés dando una visión exagerada de lo que es "fumarse un porro" pero entiendo que el prota es un novato en la materia y por eso experimenta esa cantidad de sensaciones y efectos a la mañana siguiente... Eso, o que los petas le sientan mal, que también puede ser. Cada cerebro es un mundo totalmente desconocido y nunca sabes como va a reaccionar ante determinados factores... Sigue escribiendo! ;)
4 respuestas