1. Tú te pones una raspberry en tu casa con un servidor VPN. Mientras estés tú en tu casa, la VPN no te sirve para nada.
2. Te vas a una cafetería, pero no te fías de la wifi que tienen abierta y sin contraseña.
3. Desde la cafetería, te conectas a tu raspberry con VPN, que está en tu casa.
4. Ahora puedes navegar con una conexión cifrada. Nadie podrá ver lo que haces. Y a todos los efectos es como si estuvieses en tu casa (servidores de streaming, torrents... por ejemplo)
5. La velocidad de bajada que tu verás desde la cafetería será la velocidad de subida que tengas contratada en casa.