Castlevania va de avanzar por un mapeado plataformesco no muy excesivo en cuando a habilidad pero sí exigente con los ítems que hayamos recolectado (es decir todo el tiempo avanzas y te dejas caminos por los que no puedes pasar, de momento y hasta que no derrotes al enemigo de turno que te obsequiará con un poder, o algún objeto que te permita, gracias a tu nueva habilidad, descubir nuevas áreas de cada parte del mapa que habías recorrido).
Los enemigos aparecen sin cesar a los pocos segundos de acabar con ellos, en algunos lugares hay más y en otros menos, todo está estudiado para obligarte a no detenerte o permitírtelo, según el momento o el guión. Y de vez en cuando... habitación con Boss y a buscar el patrón para cargárselo.
La mecánica es como Metroid (por si lo conoces), aunque esto viene sucediendo sobre todo desde hace poco más de diez años, antes había que recorrer el mapeado casi como en un beat'em up con saltos, lo mismo sucede con el componente RPG y la enorme variedad de items que se pueden recolectar usar, equipar o vender y que pueden o no tener alguna función en el juego, antes no estaba y ahora sí, amenizando y dando algo de profundidad a las incontables horas que podemos compartir mientras subimos el nivel de nuestra resistencia, magia o experiencia en detrimento del simple y monótono latigazo, pócima, hacha o crucifijo a cualquier enemigo del juego que tiene la misma resistencia en la primera pantalla que en la treinta.
La saga está ambientada por polvorientas leyendas relacionadas con Drácula y el clan de la familia Belmont cuyos destinos se entrecruzan eternamente, resurgiendo uno y enterrandolo los otros por cien, mil o quién sabe cuantos años más. Siempre ha estado acompañada de una música orquestal absolutamente identificadora que nos anima a machacar a más y más enemigos en la pantalla mientras la recorremos una y otra vez en todas direcciones tratando de avanzar un poco más.
La verdad es que el Castlevania que más me gustó jugar en su momento fue el 4 de SNES, supongo que la culpa sería de la gloriosa banda sonora que tiene y lo bien que sonaba sobre todo en comparación a lo que había antes o en muchos juegos de la época... es facilote, y muy sencillo comparado con lo que se estila hoy en día, pero bueno, sin lugar a dudas lo recomiendo a todo el que se haya aficionado a los Castlevanias más tarde.
El de DS sin lugar a dudas es un enorme juego que es capaz de resumir a lo largo de su desarrollo como eran los grandes juegos 2D de otras épocas aunque para mi gusto no tiene el carisma de los grandes Castlevanias... una lástima, aunque este detalle no es suficiente como para que el juego deje de ser sobresaliente.
Agur.