Ambos textos son similares. En realidad, no hay acción, no hay trama, no hay argumento, sólo un monólogo. Has escrito dos monólogos. Y me parecen aburridos. Empiezo a leerlos y me canso enseguida porque no hay nada que me suscite interés.
Como ejercicio de escritura cualquiera de los dos está bien, pero puedes hacer algo mucho mejor.
Escribe algo donde haya acción, donde pasen cosas. Un texto que haga que las personas que estén escuchando (si hay que leerlo) estén pendientes del desenlace.
Y te apunto un consejo que da un gran escritor que creo que te puede parecer interesante:
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Soy profesor de universidad y siempre les digo a mis alumnos: ‘No seáis previsibles, sorprended.
¿Grandes y chocantes ideas? En la literatura inglesa tenemos Frankenstein, Doctor Jeckyll y Mister Hyde… Hamlet’. El arte es banal cuando es previsible. Debes crear algo original que a la vez te sorprenda a ti y al público".
Hanif KureishiFuenteEscribe algo mejor; y otra cosa: a menos que te hayan establecido como norma que tiene que ser un monólogo, puedes salirte de la primera persona y establecer algún diálogo con algún personaje, o comenzar un monólogo y luego dejar la narración en manos de una voz en off. Por ejemplo:
"Me he instalado en esta ciudad para esperar en ella el fin del mundo" -dijo el anciano de la mirada perdida, mientras esperaba su turno en la peluquería.
Me picaba la curiosidad así que le pregunté: "¿También usted ha sufrido un desengaño amoroso?"
El anciano me miró con sorpresa y dijo: -"Chaval, ojalá tuviera edad para sufrir un desengaño, ojalá la tuviera". Y a continuación volvió lentamente la cabeza hacia el periódico de la semana pasada que tenía en las manos.
Pongamos otra improvisación:
- "Me he instalado en esta ciudad para esperar en ella el fin del mundo" -dijo el desconocido.
- Parece usted deprimido. ¿No debería usted ir a un psicólogo? -dijo María, sin duda con buena intención.
- "Cuando hayas viajado en el tiempo tantas veces como yo, y hayas visto lo que yo he visto, sin poder hacer nada para cambiar las cosas, podrás entenderme, amiga" -contestó el desconocido con cierta amargura.
- Pero ¡si los viajeros del tiempo no existen! ¡No se puede viajar en el tiempo! ¡Me está usted tomando el pelo! -dijo María
- Oh, sí, sí existen los viajes en el tiempo. Esa es mi gran ventaja, que puedo decir la verdad, porque nadie me creerá. Si dijese mentiras, entonces sí me tomarían en serio. ¡Bendito siglo XXI y benditas las Fake News!