MADRID.- Estados Unidos abandonó un bomba nuclear bajo el hielo de Groenlandia después de un accidente aéreo ocurrido en 1968 en el norte de la región, según una investigación publicada por la BBC.
Hay que remontarse a la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. La base aérea de Thule era un enclave estratégico para la defensa estadounidense, obsesionada con un posible ataque soviético. Desde ahí, un radar podía detectar los misiles que sobrevolaran el Polo Norte.
Era tal su valor, que el Pentágono pensaba que Moscú no lanzaría un ataque nuclear en territorio estadounidense sin destruir primero Thule. Por eso, aviones B52 con armas nucleares comenzaron desde 1960 a sobrevolar la base continuamente con una instrucción clara: si Thule era atacada, los pilotos debían dirigirse a la capital soviética para responder.
De repente, el 21 de enero de 1968, una de esas rutinarias operaciones tuvo un fallo. Un avión se estrelló contra el hielo, cerca de la base, con cuatro bombas nucleares a bordo sin ensamblar. Entonces un operativo se esforzó en limpiar la zona y recuperar los fragmentos del avión y las bombas.
El Pentágono aseguró que las cuatro armas quedaron destruidas, pero documentos obtenidos por la BBC, algunos clasificados, afirman que sólo se halló fragmentos de tres de las cuatro bombas nucleares. Se sospecha que una de ellas pudo penetrar en el hielo y, tras la congelación de éste, quedar ahí. De hecho, la bomba perdida tiene hasta un número de serie: 78252.
Según un documento de julio de 1968, citado en el reportaje de la cadena británica, la operación de "búsqueda de objetos o partes de un arma perdida debe ser tratada como confidencial". Aunque Groenlandia es una provincia autónoma de Dinamarca, este país no fue informado de la verdadera dimensión del accidente.
La búsqueda submarina fue un fracaso por problemas técnicos y más adelante tampoco se pudo encontrar. Los fragmentos de la bomba perdida, que contenía uranio y plutonio, tenían un inmenso valor sobre el diseño de este tipo de armas.
Según la información publicada, los investigadores llegaron a la conclusión de que el material radioactivo resultaría inocuo, pero algunos pobladores creen que el material radiactivo de la bomba ha afectado a la fauna local. La bomba perdida sigue olvidada bajo el hielo.