http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/2 ... 02078.htmlLONDRES.- 'Britain's got talent' es un pozo de sorpresas y no todas agradables. Hace un mes el programa descubrió para el mundo la voz de Susan Boyle. Ahora enseña las alegres cabriolas de Fred Bowers, un anciano de 73 años que baila 'breakdance' con los bríos de un adolescente de Harlem.
En la estela del milagro de Boyle, Bowers había conquistado el corazón de la audiencia hasta el punto de que sus votos le catapultaron a la semifinal del certamen. Un torrente de popularidad que se quebró abruptamente esta semana, cuando el diario 'The Sun' descubrió que Bowers escondía un cadáver en el armario: sus brincos no le impiden cobrar un subsidio por invalidez.
La noticia ha provocado un cierto estupor entre la ciudadanía, pero no la sorpresa de sus convecinos, que se vieron venir el desaguisado desde que lo vieron aparecer en pantalla la primera vez. "Es algo que aquí sabe todo el mundo", decía en la prensa el martes uno de sus vecinos, "Fred cobra por su discapacidad. Es algo que nunca ha mantenido en secreto. Lo que no entiendo es cómo esperaba salir indemne
mostrando esos movimientos de baile delante de millones de espectadores".
Es algo que no entienden ni él ni nadie, pero que no le ha creado problemas de conciencia aparentes al interesado.
Bowers cobra unos 1.200 euros al mes de las arcas públicas. De ellos,
alrededor de 350 los cobra
en concepto de discapacidad por unos problemas de movilidad en la pierna izquierda. Problemas que también le hacen merecedor de un Ford Focus, del que no es propietario pero que utiliza a resultas de su condición.No parece que este catálogo de prebendas vaya a sobrevivir a su irrupción en la pequeña pantalla ni a la revelación de que
completa sus emolumentos bailando en clubes nocturnos del condado de Nottingham siete días a la semana entre las 11 de la noche y las cuatro de la mañana. Una vida poco saludable para cualquier septuagenario pero contraindicada para quien utiliza una presunta invalidez para ordeñar el erario público.
Bowers se inició en los secretos del baile robótico hace ocho años, poco después de la muerte de su novia. "Fue un día que estaba muy enfadado", recuerda, "me tiré en el suelo con rabia, empecé a girar sobre mi espalda y descubrí que podía hacer 'breakdance'. Ahora quiero bailar delante de la reina. Me gustaría enseñarle lo que un hombre de 73 años es capaz de hacer".
Declaraciones que traslucen un entusiasmo que se ha evaporado después de las revelaciones. Bowers ha intentado excusarse, pero sabe que el destape de su discapacidad falsa le costará decenas de miles de votos. "Cuando pedí el subsidio, apenas podía andar», asegura, "este asunto ha arruinado todas mis posibilidades de ganar el programa y ya sé quién le pasó el chivatazo al periódico. Lo ha hecho por pura envidia".
"Mi pierna izquierda sigue sin funcionar", asegura Bowers, "por eso no corro por el escenario y la mayoría del trabajo lo hago con el cuello, la cabeza y la espalda. Y no veo cuál es el problema porque es mi pierna lo que está mal. No mi espalda, mi cuello o mi cabeza". Bowers asegura que está abierto a cualquier consulta de los inspectores del trabajo y que devolverá el dinero si alguien demuestra que ha actuado mal.
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