Mido 1,98, y nunca he dado el estirón, siempre he sido alto... debí crecer hasta los 18.
Ser tan alto tampoco es una ventaja. No sabéis las hostias que te llevas en la cabeza, lo incómodo que son los asientos de avión o teatros, los fregaderos tengo que agacharme mucho, y soy el "alcanzador" de cosas altas...