El Antes del Después II

Capitulo 2



3 de Marzo de 2005

En el piso 33 del hotel Fundación Solar, Gas Panic y Gitano Irlandes ultimaban los detalles para el gran asalto que realizarían por la tarde.
-Tenemos que asegurar esta azotea, puede que sea un buen lugar de escape, Irlandes.
-Bien, le diré a Simon que lleve un comando hasta allí y lo mantenga a salvo.
-¿Comprobaste los horarios del cuerpo de seguridad?
-Claro, fue lo primero que hice esta mañana.- dijo Irlandes con tono enfadado.
-Entonces, ¿esta todo?
-Haz sonar la música y que empiece la fiesta.- sonriendo Irlandes comprobaba su traje.
Gas Panic levantó la tapa de su móvil y con lentitud marcó un número de teléfono, pulsó la tecla de llamada y se dispuso a comenzar la conversación. En ese instante, a 100 km de allí, en medio del desierto una hilera de camiones repletos de armas y soldados bien equipados con sistemas biónicos y neurotrónicos. Una hilera de muerte se dirigía a la enorme Metrópoli. Panic colgó el teléfono.
-Están en marcha, en dos horas llegaran al punto de encuentro.- inspiro lentamente- Wala está esperándoles allí.
-¿Wala? ¿Qué hace ella esperándoles? Le dije que tenía que mandar a Alioth y quedarse en la casa de protección.- Irlandes levantó el auricular del teléfono del hotel con intención de llamarla, pero Panic lo detuvo.
-Creo que Alioth estaba controlando la entrada de los camiones en la Zona.- hizo una pequeña pausa para colgar el aparato- Ella se ofreció a hacer el trabajo, es la más cualificada en ello, déjala que al menos lo intente.
-Tienes razón amigo mio.- hizo un descanso de tranquilidad mientras se sentaba comodamente- Será mejor no ponerla nerviosa con algo tan importante entre manos. Manten una comunicación fluida, no creo que tan cerca del final fuera bueno fastidiarla.
Ya más relajado el ambiente el vodka llenó el resto de la conversación con algunas bromas y chistes, demasiado relajado estaba el ambiente para lo que quedaba.
A los pies del enorme edificio, en una pequeña zona verde, Trizgy y Gunes trataban de relajarse con su amiga maría.
-Tronko, kreo ke un día de estos voy a dejar esta mierda y me meteré a basurero municipal.
-Koño Trizgy deja de decir rafuladas y rulate el peta ke kreo se me pasa el kombinao del burbon y la yerba.
-No tio, piensa en la brevedad de la existencia humana y lo karo ke resulta...
-El kosto?
-No joder, hostia puta, la vida en si. Komo niños gordos no paran de trinkar komida de mierda y cerveza sueka y nosotros en kambio nos metemos...
-Farlopa?
-La madre ke pario tu movil, no joder, nos metemos dinero fresko trabajando de espías fumetas.
-Me kagüen todo el polen que mesnifao, komo rayas kuando te pones a trinkar yerba y te lees los artíkulos del Gaygirl.
-Ein? Ke decias?- solto Trizgy que estaba despistado intentando fumarse un trozo de mandarina mohosa.- No te hacia ni puto kaso.
-Bah! Es igual, total ya toy to fumao y me la sudan tus putos desvios sexuales de mierda.
-“Atentos, van a salir”- la voz salía de un muñeco amarillo con forma de ratón que servía de cenicero improvisado.
Cambiando la expresión al instante los dos fumetas se incorporaron de inmediato ante el aviso.
-Ya has oido al jefe, a currar toca.
-Vamos Gunes, ya les veo, están saliendo.
Dejaron sus raidas ropas en el suelo y se alisaron unos elegantes trajes de marca, camisa roja y corbata negra conjuntando con un negro más suave de pantalón y chaqueta. De unos arbustos cercanos sacaron un par de rifles de asalto nuevecitos, solo el pelo ligeramente despeinado daba pistas sobre quienes habían sido segundos antes. Cuando entraron en el gran hotel nadie se fijo en su pelo, 20 cadaveres sembraban ahora el recibidor del lujoso edificio, la sangre cubría las paredes y el suelo color turquesa. Los casquillos eran perfecto condimento para el dantesco cuadro que los “artistas” acababan de pintar.
-Somos la leche, verdaderos maestros de nuestro tiempo, que sutileza, que composición, que... ¡mierda!
-¿Qué pasa tio?
-No estan, Irlandes y Panic, no bajaban en este grupo.
-¡Mierda! Tenemos que irnos, lo arreglaremos luego.
El silencio cubrió la calle, a pesar de los coches y los disparos que empezaban a sonar desde otra habitación. Los dos eficientes asesinos salieron del hotel lanzando unas ráfagas de buen plomo contra sus perseguidores, pero las balas perdían fuerza nada más salir del cañón cromado, ni ruido, ni fuerza, nada.
Cuando por fin lograron alejarse un poco del edificio una explosión les hizo fijar su atención en otro punto de la ciudad, a menos de cinco manzanas una batalla campal estaba causando mucho... ruido. Se miraron asombrados y de pronto toda la ciudad comenzó a perder consistencia. Los edificios se aparecían translucídos y las personas alcanzaban un blanco transparente, la ciudad desaparecía en un blanco infinito y solo dos seres quedaban para verlo. A cinco manzanas de allí un niño y un joven se miraban.
koña Asitaka k wapo,me gusta la historia,por el momento has conseguido engancharme...
buen trabajo [oki]

Saludossssssssss
vaya vaya, está interesante. Siento no haberlo leido antes pero he estao en "babia", ya sabes, ese pais donde nos vamos los paranoicos como yo.
Me está gustando bastante, sigue así.
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