Handre de Jager no es un personaje de un chiste de Chiquito de la Calzada. Es un artista sudafricano, o afincado allí, que lleva unos cuantos años, desde las páginas de deviantART, ofreciendo interpretaciones, sencillas en su concepción e impactantes en su resultado, de personajes clásicos del videojuego. Gamesetwatch informa de que, al fin, toda su obra está disponible para ser adquirida en la pagina de Awful Art, y su arte, alguien tiene que decirlo, está muy lejos de ser simplemente horrible. Es desasosegante, conceptualmente atrevido, fascinante hasta un extremo en el que las palabras no le hacen suficiente justicia.
Veamos: el origen de esta concepción desviada y sólo superficialmente perversa de los iconos infantiles está en las portadas de la edición americana del Megaman de NES, en las que el héroe, alejándose del diseño original inspirado en el Astroboy de Tezuka, parecía más bien un padre de familia enfundado en una armadura que le venía grande, como esa epopeya robofóbica a la que se tenía que enfrentar. Esa incomprensible decisión de madurar y ensanchar, no siempre muscularmente, a golpe de aerógrafo, a los héroes originales, llevó a Handre a reformular del mismo modo algunos clásicos. Reconozco que el truco es sencillo, pero el resultado es como un puñetero documental mondo protagonizado por píxeles. A mí me funciona, por la sencilla razón de que nuestro apreciación estética de los clásicos está tan mediatizada por el colorido y la deformación cute que no nos damos cuenta de que no deja de ser eso, una mediatización y una deformación consciente. Cada obra de Handre de Jager se centra en un aspecto neocarnalizable, en una variable a enfocar: Snow Brothers y Kirby, en la monstruosidad inherente a los personajes protagonistas; Balloon Fight y Megaman, en la abstracción desértica de los decorados laberínticos y espaciales; Adventure Island y Platform Hero (ya de por sí una parodia) en la sexualidad reprimida inherente a la dinámica de rescate de princesas desvalidas; Dig Dug -mi favorito- en la mecánica de destrucción de némesis (tan bello en su simpleza en el original, tan horriblemennte realista en la versión de De Jager); y Burgertime, en la nunca suficientemente explorada racionalización del entorno bidimensional de los herederos de Donkey Kong.
Entre los planes futuros del artista está una versión antropomórfica de Bubble Bobble (quizás el reverso de pesadilla del reciente y muy horrible Bubble Bobble Evolution para PSP), pero yo se bien a qué clásico plataformero me gustaría que se acercara Handre de Jager, por sus múltiples niveles de sugerencia gráfica y por su indudable carga de horror subcutáneo: a Earthworm Jim.