Basado en hechos reales, un intento de escribir jugando con el tiempo literario.
Diremos que tomaba un café en la soleada terraza; o quizás me hallaba paseando por un frondoso bosque… ¡Detalles insignificantes para este recuerdo que aun no ha sido tejido!
Te sentiré antes de verte, mis vísceras saltaran para obligar a mí mirada a posarse en tus gestos cuando te acerques. Te sentaras no muy lejos; molesta por mi libidinosa mirada y ala vez halagada por ser el objeto de mi deseo.
Mantendremos una lucha de mutuo mutismo; yo te dedicaré miradas estudiadas para solo parecer casuales y tu me ignoraras hasta el extremo que sea evidente tu propósito.
Finalizada la liza me levantaré y me acercaré a tu lado, tu apretaras el bolso entre tus manos para golpearme si llego a pensar solo en tocarte; con educación pasaré por alto tu promesa de violencia y dejaré en tu mesa una flor y un poema cuya tinta aun refleja.
Correré hasta la salida y solo me permitiré una fugaz mirada para disfrutar de la sonrisa de tu desconcierto antes de perderme en la bruma a buscar una nueva musa de mi arte.