Mientras se sigan vendiendo los juegos en discos, los seguirán fabricando. Al final la decisión es nuestra y votamos una u otra opción con nuestras carteras.
Yo compro en línea juegos baratos, 5 € o 10 €, pero no más. Los demás todos en disco, que luego puedo vender si quiero, o dejar a los amigos o lo que quiera.