El beso de la niebla,
(A los hombres conejo)
En la ciudad próxima,
hermana,
admirada,
corremos de la mano
hacia la torre ancestral,
besada por la niebla.
(Besos de azúcar, dulces besos)
El sol luce tímidamente
entre la maraña opaca
que ha tejido el día.
Quiere abrirse paso:
suplica y sufre.
¿Es justo que en verano
caminemos entre
gotas de rocío, respirando
su constancia?
(Besos de azúcar, dulces besos)
Cuando la niebla puebla
la torre,
cuando corremos para
acercarnos a sus matices,
nos sentimos efímeros, pero libres,
e impacientes por
volver a sentirla.
Es el ciclo de la melancolía,
es la melancolía en tus...
(Besos de azúcar, dulces besos)
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