El ‘caso Cosentino’: “A pesar de la mascarilla, salías con la nariz blanca y aliento a disolvente” .

https://elpais.com/economia/2023-02-14/ ... utType=amp


Dos personas vivieron la semana pasada de manera muy intensa, pero al mismo tiempo muy diferente, la noticia de que el dueño del gigante almeriense Cosentino, una empresa que en 2021 facturó 1.401 millones, cuenta con 5.425 trabajadores y filiales en 30 países, ha admitido que ocultó el origen de la silicosis que afecta a la mayoría de los 1.856 operarios aquejados de esta enfermedad respiratoria crónica en el sector de las encimeras de cocina entre 2007 y 2019, según cálculos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Uno de esos protagonistas es un trabajador enfermo que sigue en las tripas de la compañía después de dos décadas respirando los minúsculos cristales que aguijonean sus pulmones. El otro es un abogado perseverante que desde un pequeño despacho de Barakaldo (Bizkaia) ha logrado que el Goliat de los aglomerados de cuarzo acepte cinco delitos de lesiones graves en un lejano juzgado de Vigo. La compañía afronta otros 23 procesos judiciales. Hace tres décadas que el aglomerado Silestone, el rey de las encimeras de cocina, salió al mercado, y ambos han perdido por el camino amigos devorados por una enfermedad laboral cuyo origen sombrío y final esclarecedor les ha dejado un regusto agridulce.

El trabajador prefiere identificarse como Tomás. Dice que la condena al dueño de su empresa ha generado “un impacto salvaje”. Durante 20 años ha estado en la zona cero de la silicosis, las naves donde se creaban las tablas de cuarzo para luego mandarlas a las marmolerías de todo el país. La manufactura generaba una “nieve en suspensión que hoy sigue existiendo”, recuerda: “Bajabas por la escalera al foso y el polvo [formado por los cristales que provocan la enfermedad] te llegaba por la cintura. Llenabas cubos de polvo todos los días, nos metíamos en las mezcladoras a limpiar y tenías que soplar con la manguera de aire. A pesar de la mascarilla, salías con la nariz blanca y un aliento a disolvente. Tenía pesadillas”. Ha sentido mucha “rabia e impotencia” porque durante años pidió sin éxito a la empresa que lo trasladaran fuera del departamento de prensas. Ahora, todo esfuerzo físico le supone un mundo.

A 900 kilómetros de la sede principal de Cosentino en Cantoria (Almería), el letrado Serapio Martín ha dado un vuelco al periplo judicial que inició en 2009 para defender a marmolistas que desconocían el riesgo letal que asumían al manipular el Silestone. Cinco de ellos denunciaron en un juzgado de Vigo al fabricante, condenado por primera vez la semana pasada. “He conocido gente que apreciaba y que ha muerto en el quirófano, otros se han suicidado”, lamenta. “Es muy triste ver a estas personas jóvenes con la edad de mi hija, 38 años, muy jodidos y con un pronóstico muy incierto. La sentencia de Vigo es una reparación moral del daño a los perjudicados, aunque sea tardía y, para algunos, póstuma. Las víctimas ven que se admite la responsabilidad por no informar del peligro de forma adecuada”.

Tras su diagnóstico de silicosis grado 1, la pregunta que se ha repetido Tomás durante los últimos años es clara: “¿Cómo he aguantado en el puesto a sabiendas del peligro mortal que corría? Tenía miedo a perder el trabajo, mucho miedo. Mis hijas me decían ‘papá, vete de ahí’ y yo les decía que no podía irme enfermo a buscar trabajo. ¿Quién me iba a contratar?”, interroga. Considera que ha tenido un sueldo “alto” en la deprimida comarca del Almanzora, donde su empresa es el motor económico indiscutible y “al que todo el mundo aún rinde pleitesía”. Su salario no supera los 2.000 euros.

¿Por qué nadie dio la voz de alerta sobre los peligros de manipular el Silestone entre 1991 y 2009, cuando ya era demasiado tarde para muchos operarios? “Ha sido un fallo sistémico, todo lo que podía fallar ha fallado”, concluye el abogado. “Cosentino, que copaba el mercado, es responsable como los otros fabricantes de encimeras, que tenían buenas fichas de sus productos, pero no distribuidas. Luego, los servicios de prevención no pueden esconder la cabeza al no identificar ni evaluar la composición del producto, y muchas marmolerías no adaptaron medidas de seguridad colectivas en el trabajo, en parte por falta de información”.

La Inspección de Trabajo almeriense sancionó a Cosentino por primera vez en 2002 con 40.000 euros, pero no difundió una alerta nacional y advirtió de la dimensión del problema que se avecinaba. “Ni tampoco el Instituto Nacional de Silicosis, ni la Comisión Nacional de Seguridad Minera, los sindicatos o el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo lo hicieron”, añade el abogado. La primera vez que Cosentino informó con claridad de los riesgos del Silestone fue en abril de 2009 y fue, señala el letrado, “una reacción reactiva al caso de la marmolería Cid [de Bermeo] donde habían enfermado varios operarios, no motu proprio, como aclaró la Inspección de Trabajo de Bizkaia”. También subraya Martín el envío masivo de fichas que remitió Cosentino del producto Silestone a unos 3.000 marmolistas en julio de 2010.


Cuando los cristales en suspensión se aspiran de manera continuada durante varios años, aparecen los nódulos pulmonares. Estos son el principio de la enfermedad y aumentan en número y tamaño hasta formar grandes masas, y provocar insuficiencia respiratoria y enfermedades reumáticas autoinmunes, entre otras dolencias. Para Tomás, un día empezaron los síntomas y ya no se fueron: “Cualquier repecho en la calle o esfuerzo físico me costaba. Hacía deporte y tenía que pararme mucho porque se me salía el corazón, no recuperaba el oxígeno. Ahora me da mucha tos mañanera y por la noche inhalo aire más fuerte de lo debido, me dice mi mujer”.

El 52% de los pacientes tiene una evolución rápidamente progresiva, según los médicos especialistas que han estudiado estos pacientes. Mientras los casos de silicosis se multiplicaban por todo el país tras una agresiva evolución de apenas cinco años de exposición en bastantes casos, en la inmensa sede de Cosentino la preocupación por el polvo letal cundía en la plantilla. “Cuando empecé me dieron una mascarilla de papel para un mes. Las medidas de seguridad han mejorado algo, pero siguen expulsando el caño de polvo por las turbinas, de noche, para que no se vea”, recuerda Tomás sobre las 14 líneas productivas de Silestone, que funcionan las 24 horas de los 365 días al año.

El operario denuncia que las mediciones realizadas por los servicios de prevención -en principio ajenos a la empresa y luego propios- evidenciaban los valores “disparados” de exposición al sílice que respiraban, pero estos informes nunca vieron la luz. En paralelo, relata una connivencia “histórica” entre la empresa y la Inspección de Trabajo radicada en Almería: “Una vez al año los jefes nos advertían una semana antes de la visita de la Inspección de Trabajo para parar las máquinas, escondernos en un foso y no salir hasta que acababa la visita”. Sobre estos avisos previos, fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social precisan que “en función del tipo de actuación, se avisa a las empresas para que estén presentes los delegados de prevención”.


El letrado reconoce el trabajo ímprobo de la inspectora de Trabajo de Bizkaia Livia Martínez, cuya “investigación exhaustiva” concluyó que el fabricante informó “de manera ambigua” a los marmolistas. “Se dejó las pestañas y generalizó el problema hasta provocar una alerta nacional a través del ministerio”, elogia. “Me llamó la atención la falta de sensibilidad y arrogancia de los responsables de Cosentino, al menos en los momentos iniciales”, destaca.

A pesar del punto de inflexión que ha supuesto la condena del consejero delegado de la multinacional, Francisco Martínez Cosentino, que se sentará en el banquillo el próximo julio por otro proceso similar, Martín reconoce que ha terminado “una batalla muy importante contra un adversario con mucho poder económico y grandes medios”. Y sobre la erosión que provoca un asunto laboral de 13 años, remata: “A un abogado casos como este le gustan por la vertiente humana y un cierto romanticismo, pero tienen un coste personal de desgaste. Un punto de dureza que te marca porque pasa a ser algo más que un trabajo”.
Una cascada de 23 casos judiciales

La multinacional Cosentino, líder del sector de las encimeras de cocina y que prepara su salida a Bolsa, afronta un horizonte complejo por una cascada de 23 procedimientos judiciales con marmolistas, servicios de prevención y otros suministradores de material, según fuentes de la multinacional.
La firma echa balones fuera sobre su responsabilidad al ocultar durante años datos de su producto estrella, el Silestone, y carga la culpa en las marmolerías por no instalar medidas de seguridad colectiva que expulsaran las nubes de polvo de sus naves. “El que hizo lo que pudo paga los platos rotos de las marmolerías y se lleva el reproche”, censuran fuentes de la compañía.
La juez de lo Penal 2 de Vigo, Montserrat Delgado, carga en su sentencia contra la firma: “La información facilitada [por Cosentino] en el año 2009 no era ni adecuada ni precisa, no ayudando a despejar las incógnitas respecto del grado de peligrosidad del producto, lo que contribuyó a que se siguieran produciendo casos de silicosis hasta 2010″.
La empresa asegura que hoy en día todos sus productos -como el Q50- tienen un contenido de sílice que no supera el 50%, mientras que los aglomerados de cuarzo tradicionales alcanzaron el 90% y su potencial contaminador era muy superior. “Continuamente mejoramos las condiciones y vigilancia de la salud de los trabajadores con la aspiración, humidificación y encapsulado de la materia prima”, añaden estas fuentes.
Solo entre 2019 y 2021, Cosentino ha registrado 95 casos de silicosis, según datos oficiales, aunque la cifra real es más abultada porque la firma ha cerrado decenas de acuerdos de confidencialidad con sus empleados para evitar la mala publicidad. Preguntada al respecto, la empresa alega que solo le constan 60 trabajadores enfermos desde que tiene registros.

La multinacional rechaza haber ocultado los informes de los servicios de prevención con niveles altos de exposición al sílice, así como la expulsión masiva de polvo de sus naves de madrugada. Al respecto, en 2019 la Inspección de Trabajo reprochó a la firma no haberle facilitado los estudios higiénicos entre 2000 y 2014 y no haber remediado la falta de medidas preventivas adecuadas para su plantilla.


Lo sabían (por mucho que lo nieguen) y lo ocultaron por razones económicas. Una empresa que factura más de mil millones de euros.
Capitalismo.

@baronluigi échale un ojo a la película Dark Waters, de Todd Haynes.
Avestruz escribió:Capitalismo.

@baronluigi échale un ojo a la película Dark Waters, de Todd Haynes.


La conozco. Muy cruda.

Y en cierta parte relacionado con esto, fíjate en esto

https://www.meneame.net/m/conspiranoia/ ... alidad-ano

Justo varios meses después, ocurre lo de Ohio. Parece ser que en el accidente había material no declarado
Avestruz escribió:Capitalismo.

@baronluigi échale un ojo a la película Dark Waters, de Todd Haynes.


Sin desmerecerla, como películas con temática "compañía causa desastre medioambiental y abogado emprende demanda" son bastante mejores Erin Brokovitch y Acción Civil.

Interesante. Me pregunto cuantos casos más habrá con situaciones parecidas, con gente afectada que tal vez ni siquiera sepa que tiene el derecho o no tenga los medios para emprender acciones. Me viene a la cabeza el tema del asbesto, las peligrosas fibras todavía presentes en las uralitas de muchas construcciones.
baronluigi escribió: el dueño del gigante almeriense Cosentino, una empresa que en 2021 facturó 1.401 millones, cuenta con 5.425 trabajadores y filiales en 30 países, ha admitido que ocultó el origen de la silicosis que afecta a la mayoría de los 1.856 operarios aquejados de esta enfermedad respiratoria crónica en el sector de las encimeras de cocina entre 2007 y 2019 (...)

Lo sabían (por mucho que lo nieguen) y lo ocultaron por razones económicas. Una empresa que factura más de mil millones de euros.


empresaurios empresauriando.

multa sobre % de beneficios, y si no los hay entonces sobre activos de la empresa y si no los hay, sobre patrimonio de los propietarios. y pago directo del coste de la salud + compensacion economica de los afectados.

+ nulidad de los despidos si los hubo
Lo que hay que hacer es cerrar la fábrica, llevársela a Marruecos y se acabó con la silicosis!
hal9000 escribió:Lo que hay que hacer es cerrar la fábrica, llevársela a Marruecos y se acabó con la silicosis!


No, te equivocas. Lo que hay que hacer es quitar las leyes de prevención de riesgos laborales, el SMI, cotizaciones, pensiones y subsidios. Así podemos hacerlo aquí, disfrutando en primera persona de la desgracia ajena. y .... levantando ESPAÑA. En mayúsculas, que se note lo importante, que EJPAÑA somos todos.
Aquí un almeriense que ha trabajado subcontratado para Cosentino en un proyecto y allí tienen pasta pasta. Si no han querido ponerle remedio es por ganar más seguramente.
Tiene toda la comarca regada en dinero.
hal9000 escribió:Lo que hay que hacer es cerrar la fábrica, llevársela a Marruecos y se acabó con la silicosis!


Y que se lleven la demagogia también ya de paso.
1000 y pico trabajadores afectados y tú sueltas esto, espectacular el "patriotismo".
Conozco Cosentino. He trabajado para dos empresas que trabajaban para ellos en mantenimiento de ciertas maquinas. Gente en ambos sitios (especialmente en uno donde tengo dos grandes amigos) me han comentado que ese lugar en un puto INFIERNO. NADIE QUIERE ACERCARSE AHÍ. Se sabe que hay muchisimo dinero, ya que el lugar es gigantesco. Que los empleados cobran muy bien, si, pero un calor infernal, tragando polvo (y la mascarilla es obligatoria, si, pero no es suficiente). En el taller teniamos maquinas para reparar, y literalmente, habian dos tipos de estanteria: Cosentino y NO Cosentino. Y no era por ser un gran cliente (que lo era), sino por las condiciones extremas de la maquinaria. Solo digo que yo he llegado a sacar piedras (y quiero decir PIEDRAS, de varios centimetros de diametro, 4-5 fácil) de dentro de las maquinas que volvían, de la cantidad ingente de polvo en la fabrica.
Falconash escribió:
hal9000 escribió:Lo que hay que hacer es cerrar la fábrica, llevársela a Marruecos y se acabó con la silicosis!


Y que se lleven la demagogia también ya de paso.
1000 y pico trabajadores afectados y tú sueltas esto, espectacular el "patriotismo".

No has captado por donde voy, hay actividades que hagas lo que hagas van a quedar siendo inviables en el primer mundo por el costo humano.
Tiempo al tiempo.
Según algunos es cosa de la regularización ya que sin regular esas cosas los empresarios ya pondrían todos los medios para evitar estas cosas gracias a su buena fe.
1Saludo
La solución a este problema es fácil. Otra cosa es que la burocracia la va a complicar.

- Ponerles un plazo para que subsanen todo tipo de riesgo laboral. Un inspector dará cuenta de ello. Si no cumplen multa.

- A todos los enfermos se les dará una indemnización que les retire directamente (mínimo 7 cifras por cabeza)

- Multa millonaria por imbéciles.

- Si tenían conocimiento del tema y no hicieron nada, como así parece, meterles una querella a los responsables que les pueda llevar a la cárcel.
la multa no es "por imbeciles" sino por ignorar y saltarse los riesgos fisiologicos de la actividad laboral, con el agravante de hacerlo durante años y de ocultar informacion al respecto.

con ocultar no me refiero solo al posteriori a los hechos sino tambien al priori, es decir, no informar a los candidatos del riesgo del puesto antes de ponerlos en la cadena.
thadeusx escribió:Según algunos es cosa de la regularización ya que sin regular esas cosas los empresarios ya pondrían todos los medios para evitar estas cosas gracias a su buena fe.
1Saludo

Será que la regulación ha servido de mucho:

La Inspección de Trabajo almeriense sancionó a Cosentino por primera vez en 2002 con 40.000 euros, pero no difundió una alerta nacional y advirtió de la dimensión del problema que se avecinaba. “Ni tampoco el Instituto Nacional de Silicosis, ni la Comisión Nacional de Seguridad Minera, los sindicatos o el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo lo hicieron”, añade el abogado. La primera vez que Cosentino informó con claridad de los riesgos del Silestone fue en abril de 2009 y fue, señala el letrado, “una reacción reactiva al caso de la marmolería Cid [de Bermeo] donde habían enfermado varios operarios, no motu proprio, como aclaró la Inspección de Trabajo de Bizkaia”. También subraya Martín el envío masivo de fichas que remitió Cosentino del producto Silestone a unos 3.000 marmolistas en julio de 2010.

Es que ni los primeros afectados se fueron sabiendo lo que había.

baronluigi escribió:El trabajador prefiere identificarse como Tomás. Dice que la condena al dueño de su empresa ha generado “un impacto salvaje”. Durante 20 años ha estado en la zona cero de la silicosis, las naves donde se creaban las tablas de cuarzo para luego mandarlas a las marmolerías de todo el país. La manufactura generaba una “nieve en suspensión que hoy sigue existiendo”, recuerda: “Bajabas por la escalera al foso y el polvo [formado por los cristales que provocan la enfermedad] te llegaba por la cintura. Llenabas cubos de polvo todos los días, nos metíamos en las mezcladoras a limpiar y tenías que soplar con la manguera de aire. A pesar de la mascarilla, salías con la nariz blanca y un aliento a disolvente. Tenía pesadillas”. Ha sentido mucha “rabia e impotencia” porque durante años pidió sin éxito a la empresa que lo trasladaran fuera del departamento de prensas. Ahora, todo esfuerzo físico le supone un mundo.
(...)
Tras su diagnóstico de silicosis grado 1, la pregunta que se ha repetido Tomás durante los últimos años es clara: “¿Cómo he aguantado en el puesto a sabiendas del peligro mortal que corría? Tenía miedo a perder el trabajo, mucho miedo. Mis hijas me decían ‘papá, vete de ahí’ y yo les decía que no podía irme enfermo a buscar trabajo. ¿Quién me iba a contratar?”, interroga. Considera que ha tenido un sueldo “alto” en la deprimida comarca del Almanzora, donde su empresa es el motor económico indiscutible y “al que todo el mundo aún rinde pleitesía”. Su salario no supera los 2.000 euros.

A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.
Gurlukovich escribió:A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.


eso no significa que la empresa no tenga ninguna responsabilidad.

pero claro, como el trabajador trabaja voluntariamente entonces todo bien, no? :-|

que poca verguenza tienen los empresaurios y quienes defendeis sus practicas y su pretension de cero responsabilidad y cero obligaciones.
GXY escribió:
Gurlukovich escribió:A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.


eso no significa que la empresa no tenga ninguna responsabilidad.

pero claro, como el trabajador trabaja voluntariamente entonces todo bien, no? :-|

que poca verguenza tienen los empresaurios y quienes defendeis sus practicas y su pretension de cero responsabilidad y cero obligaciones.


En un mundo liberal esto no sería ni delito. Porque los trabajadores van libremente a trabajar.
GXY escribió:
Gurlukovich escribió:A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.


eso no significa que la empresa no tenga ninguna responsabilidad.

pero claro, como el trabajador trabaja voluntariamente entonces todo bien, no? :-|

que poca verguenza tienen los empresaurios y quienes defendeis sus practicas y su pretension de cero responsabilidad y cero obligaciones.

La tiene, como la tiene el resto, al fin y al cabo los trabajadores son parte de la empresa, son los que cortan las encimeras, son los que se tragan el polvo, y los que ventilan por las noches de tapadillo, no viene el empresaurio a abrir las ventanas. Y la tiene la administración en que se tarden 14 años en tener sentencias cuando alguien se atrevió a denunciar.

Todo esto sin meterse en lo que la regulación pueda decir, porque para lo que he comentado no se necesita regulación, si alguien te mete un nuevo veneno en el café no hace falta una regulación informando de que eso es un veneno para denunciar al que te lo pone por intento de asesinato, sólo encontrar una relación causa efecto entre el veneno y los efectos que produce.
Avestruz escribió:Capitalismo.

@baronluigi échale un ojo a la película Dark Waters, de Todd Haynes.

Bueno. La prohibición de fumigar en la comunidad de Madrid levanta todas las primaveras la queja del populacho que tienen muchos bichos
Gurlukovich escribió:La tiene, como la tiene el resto, al fin y al cabo los trabajadores son parte de la empresa, son los que cortan las encimeras, son los que se tragan el polvo, y los que ventilan por las noches de tapadillo, no viene el empresaurio a abrir las ventanas. Y la tiene la administración en que se tarden 14 años en tener sentencias cuando alguien se atrevió a denunciar.

La ley española establece que:

La primera obligación de un empresario en la utilización de EPI es establecer cuáles son los puestos de trabajo que exigen una mayor protección debido a sus características particulares. De este modo, los empresarios deberán especificar los riesgos exactos que presenta cada puesto de trabajo para así poder seleccionar el EPI más adecuado. Asimismo, también deberá especificar cuáles son las partes del cuerpo del trabajador que requieren un mayor nivel de protección, en función de las características de cada puesto.

En este sentido, los empresarios también tienen la obligación de facilitar a sus trabajadores de forma gratuita los EPI y el vestuario laboral necesario para el desarrollo de sus funciones. Además, los empresarios también deben vigilar el uso efectivo de estos equipos, así como su adecuada utilización por parte de los trabajadores.

Por esta razón, los empresarios también deberán ofrecer a sus trabajadores la información necesaria para una buena utilización de los EPI, ofreciendo incluso sesiones prácticas que garanticen un total dominio de su funcionamiento. De la misma forma, los mandos intermedios de la empresa también tendrán la obligación de velar por la buena utilización de los equipos de protección individual, informando a los trabajadores sobre su uso y sustituyendo los equipos siempre que sea necesario. El incumplimiento de estas obligaciones conlleva una serie de sanciones para el empresario y la empresa.

Todo tu argumento se rompe en el momento en el que el empresario no informa a sus trabajadores de los riesgos conocidos del trabajo. No ofrece un epi acorde a dichos riesgos. No enseña a los operarios a utilizar y saber identificar fallos en los epis proporcionados. Y por último, por no poner medidas disciplinarias para asegurar el correcto uso de los de epis y protocolos propuestos.
Gurlukovich escribió:
GXY escribió:
Gurlukovich escribió:A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.


eso no significa que la empresa no tenga ninguna responsabilidad.

pero claro, como el trabajador trabaja voluntariamente entonces todo bien, no? :-|

que poca verguenza tienen los empresaurios y quienes defendeis sus practicas y su pretension de cero responsabilidad y cero obligaciones.

La tiene, como la tiene el resto, al fin y al cabo los trabajadores son parte de la empresa, son los que cortan las encimeras, son los que se tragan el polvo, y los que ventilan por las noches de tapadillo, no viene el empresaurio a abrir las ventanas. Y la tiene la administración en que se tarden 14 años en tener sentencias cuando alguien se atrevió a denunciar.

Todo esto sin meterse en lo que la regulación pueda decir, porque para lo que he comentado no se necesita regulación, si alguien te mete un nuevo veneno en el café no hace falta una regulación informando de que eso es un veneno para denunciar al que te lo pone por intento de asesinato, sólo encontrar una relación causa efecto entre el veneno y los efectos que produce.


esto refiere a las condiciones ambientales del puesto de trabajo y eso es una competencia regulada.
Gurlukovich escribió:
thadeusx escribió:Según algunos es cosa de la regularización ya que sin regular esas cosas los empresarios ya pondrían todos los medios para evitar estas cosas gracias a su buena fe.
1Saludo

Será que la regulación ha servido de mucho:

La Inspección de Trabajo almeriense sancionó a Cosentino por primera vez en 2002 con 40.000 euros, pero no difundió una alerta nacional y advirtió de la dimensión del problema que se avecinaba. “Ni tampoco el Instituto Nacional de Silicosis, ni la Comisión Nacional de Seguridad Minera, los sindicatos o el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo lo hicieron”, añade el abogado. La primera vez que Cosentino informó con claridad de los riesgos del Silestone fue en abril de 2009 y fue, señala el letrado, “una reacción reactiva al caso de la marmolería Cid [de Bermeo] donde habían enfermado varios operarios, no motu proprio, como aclaró la Inspección de Trabajo de Bizkaia”. También subraya Martín el envío masivo de fichas que remitió Cosentino del producto Silestone a unos 3.000 marmolistas en julio de 2010.

Es que ni los primeros afectados se fueron sabiendo lo que había.

baronluigi escribió:El trabajador prefiere identificarse como Tomás. Dice que la condena al dueño de su empresa ha generado “un impacto salvaje”. Durante 20 años ha estado en la zona cero de la silicosis, las naves donde se creaban las tablas de cuarzo para luego mandarlas a las marmolerías de todo el país. La manufactura generaba una “nieve en suspensión que hoy sigue existiendo”, recuerda: “Bajabas por la escalera al foso y el polvo [formado por los cristales que provocan la enfermedad] te llegaba por la cintura. Llenabas cubos de polvo todos los días, nos metíamos en las mezcladoras a limpiar y tenías que soplar con la manguera de aire. A pesar de la mascarilla, salías con la nariz blanca y un aliento a disolvente. Tenía pesadillas”. Ha sentido mucha “rabia e impotencia” porque durante años pidió sin éxito a la empresa que lo trasladaran fuera del departamento de prensas. Ahora, todo esfuerzo físico le supone un mundo.
(...)
Tras su diagnóstico de silicosis grado 1, la pregunta que se ha repetido Tomás durante los últimos años es clara: “¿Cómo he aguantado en el puesto a sabiendas del peligro mortal que corría? Tenía miedo a perder el trabajo, mucho miedo. Mis hijas me decían ‘papá, vete de ahí’ y yo les decía que no podía irme enfermo a buscar trabajo. ¿Quién me iba a contratar?”, interroga. Considera que ha tenido un sueldo “alto” en la deprimida comarca del Almanzora, donde su empresa es el motor económico indiscutible y “al que todo el mundo aún rinde pleitesía”. Su salario no supera los 2.000 euros.

A nadie le interesaba levantar la liebre, al menos no lo bastante para jugarse lo que tenía.

No esperaba menos de ti.
La primera responsabilidad de cumplir con las regulaciones de prevención de riesgos laborales es de la empresa y ésta parece ser que se lo ha pasado por el arco del triunfo.
Si no estuviese regulado se iría de rositas cosa que espero no pase ya sea después de un mes o una década.
1Ssludo
22 respuestas