La llegada del estándar
USB4 parecía que iba a poner algo de orden en la
ensalada de especificaciones de esta tecnología de conectividad con carácter supuestamente universal. La última revisión adopta el formato USB-C (también conocido como Type-C) como única interfaz física, pero eso no quiere decir que todos los cables USB-C vayan a ser iguales, en parte porque el propio estándar USB-C es un guirigai tecnológico de primer orden que se desarrolla en paralelo. Al mismo tiempo, las necesidades del hardware actual y de próxima generación implican la necesidad de seguir evolucionando el estándar. En este contexto, el USB Promoter Group (USB-IF) ha anunciado una mejora sustancial en sus capacidades de transmisión de energía de los cables USB-C.
La entidad que busca promover el uso del estándar USB publicó ayer mismo la
versión 2.1 de la especificación USB Type-C, que contemplará una nueva característica llamada Extended Power Range o EPR. Gracias a esta actualización, los cables compatibles podrán proporcionar hasta 240 vatios a los dispositivos conectados, cuando actualmente el límite se encuentra en 100 vatios. Dicho de otra forma, USB-C 2.1 duplica con creces la capacidad de carga actual.
La necesidad de adoptar este cambio radica en que 100 vatios es potencia más que suficiente para cargar rápidamente teléfonos, tabletas y la mayoría de los portátiles, pero si hablamos de equipos
gaming (e incluso muchos monitores de cierto tamaño), se queda muy corto para proporcionar la alimentación que necesitan para su correcto funcionamiento. Hace falta más energía, y con la llegada de la tecnología EPR los promotores del estándar aspiran a solventar este problema.
Así, el uso de cables USB con conectores USB-C 2.1 permitirá que los fabricantes de ordenadores portátiles dejen de incluir adaptadores de corriente propietarios (actualmente es habitual que algunos incluyan un USB-C para carga con el portátil apagado y un adaptador diferente para su uso conectado a la corriente), reduciendo costes y eliminando el desperdicio que generan estos equipos al llegar al fin de su vida útil.
De acuerdo con la documentación oficial del estándar, los cables USB-C que soporten EPR deberán estar marcados acordemente con un logotipo específico para diferenciarlos visualmente de aquellos incapaces de suministrar más de 100 vatios.
Fuente: USB-IF