Lo he visto en varios sitios y quería aprovechar también para rememorarlo aquí.
Hace 30 años que salió el mítico Doom, uno de los videojuegos más influyentes de la historia. Bueno, realmente lo que "salió" fue la publicación de la versión 'shareware' en el servidor FTP de la Universidad de Winconsin, siendo pionero en la distribución a través del incipiente mundillo de internet.
Tras los 30 minutos que tardó en subir el archivo de 2,06 MB, el servidor petó por los más de 10.000 usuarios queriendo descargárselo a la vez. Eso, aun y cuando la compañía apenas invirtió en un mero anuncio en revistas especializadas, pero mantenían informados a los fans constantemente, pese a los retrasos sufridos.
La imagen clásica del "READ THIS!" del menú principal, o de cuando terminábamos el primer episodio. Yo no sabía inglés y no me enteraba de nada.También se dice que en apenas unas horas desde su publicación las redes de la universidad tuvieron que prohibir las partidas multijugador de Doom porque estaban colapsando el sistema.
Y es que Id Software autopublicó el juego, siendo pioneras en el concepto de 'shareware'. Es decir, contaba con ofrecer gratuitamente (o lo que quisiesen cobrar las tiendas físicas) el primer episodio, confiando en que la gente se enganchase y pagase los 40$ por los otros dos episodios.
Como vacilaba Id con el mensajito al volver a DOS.
El modelo les resultó extremadamente beneficioso - al día siguiente de la publicación, ya habían cubierto los gastos, y habían ganado más de lo que ganó el Wolfenstein 3D en un mes. De hecho, repitieron con el Heretic y el Quake.
Y está la curiosidad de que a finales de 1995, el Doom estaba instalado en más ordenadores que el Windows 95, lo cual llevó a Microsoft a suplicarle a Id una versión del Doom para Windows con objeto de potenciar las ventas de este.
Yo no "viví" la experiencia completa, ya que en 1993 no sabía ni lo que era internet ni de que iba el Doom. Lo instalé ya en 1994, gracias a que mi padre pudo conseguirlo por recomendación de un amigo. Recuerdo que me impactó que ocupase la friolera de 6 diskettes, pero no era más que el preludio de lo que se venía.