Un informe de la ONU conseguido mediante testimonios de víctimas, testigos y supervivientes alerta sobre que el EI tiene 3.500 esclavos en Irak, la mayoría mujeres y niños de religión yazidí. Ha creado un califato que controla vastas extensiones en Irak y Siria. Entre su forma de causar terror estaría ejecutar mediante disparos, decapitar, quemar vivos o lanzar personas desde lo alto de los edificios. Están intentando exterminar comunidades enteras, entre ellas la yazidí y la cristiana. En muchos casos se han convertido al Islam por miedo o amenazas, ya que si no lo hacían eran ejecutados. En el caso de las mujeres y niñas esclavas, son utilizadas como esclavas sexuales.
El 21 de Junio secuestraron de Mosul (Irak) entre 800 y 900 niños para entrenarlos militarmente y que combatan siendo soldados. En agosto asesinaron a 18 de ellos por escaparse del frente y volver a sus casas. Los niños también fueron forzados a ejecutar hombres que habían perdido batallas o habían desertado. Los niños según la ONU son utilizados como escudos humanos, bombas humanas y se les pone en primera línea de combate. Las personas que no acatan sus órdenes son torturadas, reciben latigazos o son violadas.
Tal como cuenta la periodista Montse Martínez para Elperiódico, especialmente horrendo es el caso de una cristiana llamada Aida Jadar y su familia. En agosto de 2014 el Estado Islámico acecha su pueblo Qaraqosh (Irak), de mayoría cristiana menos diez familias chiíes, a 51 kilómetros de Mosul. De sus tres hijos, dos de ellos los envía con un pariente para que estén más seguros, se queda con su hija de tres años de nombre Cristina. Cuando tomaron el pueblo les forzaron a convertirse al Islam o morir. Quienes huían dejaban atrás todas sus pertenencias, que los yihadistas saqueaban.
El 22 de agosto los soldados de Estado Islámico deciden subir a un autobús a todos los cristianos con la mentira de llevarlos a un centro de salud. Aida Jadar explica que el conductor, después de que los soldados les desposeyeran de toda pertenencia y ropa, le quitó a su hija Cristina de sus brazos. Tras implorar por la cría sin encontrar compasión por ningún lado, le preguntó para qué quería una niña tan pequeña de tres años. La niña sería vendida a una familia musulmana de Mosul.
Los cristianos fueron abandonados en el desierto, a su suerte, sin comida ni bebida. Tras siete horas pudieron llegar hasta la localidad de Erbil. Aida Jadar reza para que cristo le devuelva a su hija y no ha dejado de llorar desde entonces. Tenéis la foto de la niña en el enlace.
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