El problema no es si son AA, AAA, A o AAAAAAA (Ubisoft, todos los derechos reservados). El problema es que no se hace un buen videojuego (ni ninguna buena obra de arte o de entretenimiento) partiendo de la monetización, de la prima de riesgo, de las expectativas de ingresos, de los porcentajes de aceptación por rango de edad, de las nuevas tendencias en redes sociales... porque entonces, en vez de estar haciendo una obra de arte, estás haciendo un informe bursátil. Se elige al estudio, se pone la pasta y se le dejan las decisiones creativas... a los creativos.
Pero claro, una cosa es dejarle 20 millones a unos tíos para que hagan "cosas de artistas", y otra dejarle 200. No, si le dejo 200 me tengo que meter para asegurarme de que esos hippies no me vayan a hacer perder los 200 millones. Y, encima, de esos 200 quiero sacar 1000 por lo menos. Así que a mirar qué chorradas están de moda ahora mismo (¡que no lo estarán ya dentro de 5 años, cuando salga el juego!), a meterle todas las prácticas que se me ocurran que me generen dinerico, a quitar todo aquello que pueda causar controversia y generarme mala prensa... y así es imposible hacer un buen videojuego, ni como producto artístico, ni como producto de entretenimiento.
Y luego, se estampan. Y se sorprenden, claro. ¡Pero si lo he hecho todo bien! He metido en una batidora todos los alimentos que le gustan a la gente (combinen o no) y me he alejado de cualquier cosa que pudiera suponer el más mínimo riesgo (sal, azúcar, picante...). ¿Por qué nadie se quiere beber este batido insípido de aspecto diarreico que no hay manera ni de identificar a qué demonios sabe?