Tras la charla, se pasaron un rato mirando las estrellas, como intentando descubrir si, de verdad, había algún mensaje allí escrito. Pero allí no había más que puntos brillantes en un cielo negro. Cómo podía alguien decir que allí había algo escrito.
- No son letras, muchacho, son imágenes. No te esfuerces. No se suelen ver a la primera.
Realmente le entraron ganas de pegarle una patada a aquel viejo chiflado que no dejaba de darle vueltas a su cabeza. Como si no tuviese más cosas que hacer que investigar en los pensamientos de los demás. Sin embargo, se contuvo y se dedicó a seguir mirando las estrellas, aunque sin ningún fin en especial.
El sueño pronto empezó a hacer de las suyas, mientras que Galdian parecía tan despierto como de costumbre. Si por su parte fuese, estaría desde hace un rato dormido, pero después de descubrir lo que aquel hombre hacía con sus pensamientos no quería quedarse dormido para que le hurgase en sus suseños. Así que intentaba mantener los ojos bien abiertos, pero estando tumbado y llevando todo un día de camino a cuestas, no era objetivo fácil el suyo. Por último, y casi sin quererlo, comenzó a cerrar los ojos y a hundirse en un profundo sueño.
Pronto se vio rodeado de una luz mortecina que no le dejaba ver nada en absoluto. Poco a poco se fue disipando y se descubrió a él mismo en medio de un pueblo totalmente en ruinas. Había sido pasto de las llamas, pero no sabía donde se encontraba. Conteniendo la respiración se dirigió a inspeccionar la zona para tratar de averiguar qué lugar era aquel.
Le costó adaptarse a la luz, pues había poca después de que el resplandor pálido que antes rodeaba todo había desaparecido. Cuando por fin pudo ver con más o menos nitidez se encontró en plena plaza central de lo que tiempo atrás había sido un núcleo de vida humana. Un sentimiento de arrepentimiento le subió desde los pies hasta la garganta y allí se quedó, sin moverse un ápice. Se sentía extrañamente culpable de todo aquel terrible espectáculo, de todo aquello. Pero, por qué. Él no tenía nada que ver con ese pueblo. ¿o sí?
Decidió volver a moverse, y rodeó la plaza para llegar a uno de los callejones que partían de esta. De pronto, y una voz lúgubre y fantasmal sonó a sus espaldas. El miedo le recorrió todo el cuerpo hasta dejarlo totalmente paralizado. No quería mirar hacia atrás. No quería saber qué o quién lo estaba llamando. Él no tenía nada que ver con todo aquello. Él no era el responsable de la quema de aquel pueblo.
La voz se hizo cada vez más intensa y nítida. Podía distinguir algunas sílabas, pero nada concordaba. Su cuerpo continuaba completamente inmovilizado, y aquello daba la sensación de irse acercando. Con la mirada recorrió todo aquel lugar en busca de algo a lo que asirse, pero no encontró nada que le sirviese. Sin embargo algo llamó la atención de Karib.
A lo lejos de aquella calle se encontraba una especie de antiguo almacén o establo que le resultó terriblemente familiar. Con un gran esfuerzo consiguió dar un paso hacia delante. Pero justo en ese mismo instante un sonido estridente y mucho más fuerte que aquella voz de detrás sonó por toda la calle llegándole hasta el mismo corazón y helándoselo de tristeza. Era un grito ahogado y desesperado, un grito de agonía que no cesaba de repetir la misma sílaba, ahora nítida y comprensible: NO.
No a qué. Por qué no. Sin embargo se sentía atemorizado por todo aquello. Volvió a quedarse parado y la voz oscura y creciente sustituyó a aquel grito desesperado. Poco a poco se iba acercando a Karib y éste no sabía qué hacer. No se podía mover. Algo se lo impedía. Qué podía hacer.
-Karibdys.
Consiguió distinguir esas palabras procedentes de aquel ser detrás suya. Le estaba llamando. Cómo le podía conocer. Quién era. Qué quería. Volvió a intentar avanzar, pero nada más tocar su pie de nuevo el suelo aquel grito, esta vez más fuerte y desesperado que antes, sonó por todo el pueblo. Era un grito de agonía y terrible desesperación. NO. No vayas.
A dónde. Por qué. Dónde estaba. Qué pasaba. No sabía qué hacer. De pronto una mano le tocó el hombro. La sangre se le heló en las venas y cayó al suelo totalmente inconsciente.
-Uf muchacho – dijo una voz conocida -. Has tenido una verdadera pesadilla.
- ¿Do...dónde estoy? – preguntó a duras penas Karib.
- No te preocupes. Estás aquí conmigo. No pasa nada.
Era Galdian. Nunca había pensado que se alegraría tanto de verle. Tuvo un impulso que reprimió de echársele a los brazos y contarle todo lo que había visto, pero apenas conocía aquel hombre y no quería que le confundiese como un loco. Entonces se dio cuenta. Todavía era de noche.
- Todavía es de noche
- Sí. Apenas conseguí echar una cabezadita empezaste a moverte y a sudar como un condenado. ¿Qué estabas soñando?
- No me acuerdo –mintió.
- Es lo normal. Bueno, eso es una ventaja. Ya no le darás más vueltas – se acercó un momento al fuego que se encontraba encendido y en una especie de cuenco de madera mal hecho le sirvió algo que olía a rayos fritos -. Tómatelo. Te relajará.
- Yo, no te molestes. Estoy bien.
- Tómatelo, hazme caso –y así lo hizo.
Fue algo raro lo que sintió después de aquello. Su cuerpo comenzó como a flotar y su mente se liberó de todo pensamiento. Pronto se dio cuenta de que volvía a sumirse en un sueño, pero esta vez fue un sueño muy relajado y sin preocupaciones.
----------------------------------------------------------------------------------------------
tengo ganas de postear este relato
así os entretenéis. Estoy un poco mejor ( solo un poco ) y a la espera de q una amiga mu amiga qede conmigo para ir al cine con otra pareja
el karib busca novia ^^ si me ice q sí mañana tenéis capi de las flores.....
jajajajaja
weno, os dejo con este capi q me puso los pelos de punta al escribirlo.