El Guardian del Destino XVII: El encapuchado

Bolgar le llevaba cogido de la mano, evitando que se pudiese escapar. Le apretaba hasta el extremo de que apenas se sentía la mano, sin embargo, no protestaba ni se resistía a ir al lugar donde le conducía. Había intentado fijarse donde se encontraba, pero había tomado demasiadas callejuelas como para orientarse en una ciudad casi totalmente extraña para él. Sólo podía deducir que era un lugar de la periferia de la ciudad, pues se veían muy cerca las murallas. Atrás quedaban las altas torres del castillo real donde había estado hacía apenas unos instantes.
Conforme se acercaban a su destino, o eso creía, la gente se dejaba ver menos. Apenas unos cuantos trabajadores o vendedores y poco más. Las casas eran cada vez más pobres y descuidadas. Algunas se sostenían en pie de milagro y otras no tenían ni techo. Era la parte de Ol que preferiría no haber visitado.
- ¿Por qué le dijiste eso a tu amigo? – rompió el silencio Bolgar. Su tono era inexpresivo, casi hablaba con dejadez.
-Para tranquilizarle.
-¿No piensas que a lo mejor no le volverás a ver?
-No creo que me vayáis a hacer daño, señor.
-No me refiero a eso.
-¿Entonces?
-Estamos llegando a mi casa. Allí podremos hablar con mayor seguridad.
Bolgar parecía algo desconcertado con la tranquilidad que el muchacho estaba mostrando. Era extraño que ni si quiera intentase escaparse de su mano o algo parecido. No le prestó demasiada atención a todo aquello y se encaminó a lo que llamaba su casa, sin embargo, no llegaron mucho más lejos de aquel lugar donde se encontraban.
Un hombre vestido con una sotana negra cuyo rostro estaba oculto por la capucha se les cruzó en el camino impidiéndoles el paso. Era alta, pero su cuerpo parecía delgado, incluso esquelético. La aparición de aquella figura delante de ellos hizo estremecerse a Karib. Bolgar, sin embargo pareció no alterarse lo más mínimo.
-Hacedme el favor de apartáos, no tengo tiempo para detenerme – el encapuchado no se inmutó. Tan solo dirigió lo que parecía ser su mirada hacia el guerrero, sin embargo, no habló Bolgar empezó a impacientarse -. ¿No me habéis oído, compañero? Tengo prisa.
-Bolgar – intentó decirle Karib al imponente guerrero que empezaba a dejar ver su ira.
-No me interrumpas muchacho – dirigió una mirada terrible a aquel personaje encapuchado -. Y tú, dejadnos pasar de una vez – el personaje nuevamente dejó ver que no iba a dejarles pasar. Su silencio comenzaba a ser intrigante y a la vez irritante para Bolgar.
-Bolgar – volvió a intentar el muchacho -. Escuchame, por favor.
-No tengo tiempo ahora para pamplinas – se dirigió el guerrero hacia el hombre de negro desenvainando su espada. – Apartate de mi camino si no quieres perecer en el intento.
-¿De verdad mataréis a un simple ciudadano para conseguir pasar? - la voz que salió de aquella capucha era escalofriante pero albergaba una dulzura extraña en los humanos. Aguda y casi melodiosa helaba la sangre a cualquiera que la escuchase. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Karib, que comenzaba a acostumbrarse a aquella situación. Por su parte, Bolgar dejó ver el cambio de actitud cuando percibió la misma sensación que había captado su joven compañero un rato antes. Bajó su espada lentamente y se dirigió a Karib -, Yo que tu no lo haría, mi querido Veldelar. Sabes que soy capaz de alcanzaros antes de que podáis empezar a correr.
---------------------------------------------------------------

no quiero adelantarme, pero puedo decir q empieza lo bueno ^^

se acercan capitulos MUY interesantes ^^

nos e ves
Si parecen interesantes sí, pero siempre nos dejas con la miel en los labios, aunque bien pensado me gustan cortos, porque se leen mejor. ;)

Una chica el encapuchado?, si es lo que yo decia, habia que introducir a alguna fémina. :D
1 respuesta