Un hombre se lamentaba por su pobreza. Uno que escuchaba le interpeló:
-Hay quien se hace rico vendiendo lo que tiene
-Yo no tengo nada que vender.
-¡Oh, si! Tienes dos ojos. En el mercado negro, te los pagarían a 6000 dólares cada uno.
-¡Estas loco! Yo no vendería ni uno de ellos.
-Bueno, los ojos tal vez no, pero tienes dos riñones, vende uno. O un pulmón. También tienes dos manos, y dos pies, se puede vivir sin ellos y tendrías mas dinero
-El dinero no compensaría la perdida de ninguna parte de mi cuerpo.
-Llevas razón, pero si podrías vender tu libertad. Cámbiate por un rico que esté en prisión. Seguro que te pagará bien.
-No. No quiero perder mi libertad.
-Está bien. Podrías seguir libre y ser rico. Vende tu fama. Incúlpate del oprobio de otro. Llega a un acuerdo económico con alguno que esté siendo calumniado. Deja que te difamen a ti en su lugar.
-La fama es irreparable. No puedo hacer eso.
-¿Tienes hijos?
-Si
-Hay un mercado negro de niños. Véndelos
-Mis hijos valen más que todo el dinero del mundo.
-¿Y todavía dices que eres pobre?
Aprecia lo que tienes. Eres rico.