Entre las nuevas consolas de Sony, Microsoft y Nintendo, parece que Xbox One se ha llevado el diseño de mando más conservador. Tan solo pule algunos pequeños aspectos no deseables del ya de por sí excelente mando de Xbox 360. A unos días de poder tener el nuevo
gamepad de Xbox One en nuestras manos, podría parecer que Microsoft siempre ha tenido claro que iba a ser una parte que poco iba a cambiar en la
next-gen. Pero nada más lejos de la realidad.
Un artículo de
Gamesbeat ha revelado que el responsable de accesorios de Microsoft, Zulfi Alam, no quería caer en la complacencia con el
gamepad de la consola: "Empezamos este programa, y yo dije, 'Ey, tenemos que pensar en resideñar el mando de Xbox 360.' La reacción fue enérgicamente negativa. '¿Estáis locos? Este es el mejor mando de su clase. A la gente le encanta'". Pese a la reticencia inicial, Alam consiguió convencer a la cúpula de Microsoft de invertir nada menos que 100 millones de dólares para investigar un nuevo mando.
Tras la carta blanca de Microsoft, se produjeron toda una serie de posibles modelos con característica de lo más variopinto. Uno de los prototipos incluía una pantalla y cámaras, mientras que otro tenía un proyector integrado para crear un efecto parecido a Ambilight. Pero el premio a la propuesta más radical, se lo lleva un prototipo que incluía un cartucho que emitía olores. "Era como, si caminabas por la jungla, olerías la flora", explica Alam.
Todos estos prototipos se descartaron por un consumo de batería excesivo junto con la filosofía de Microsoft sobre que el jugador se debe centrar solo en la TV. Además, Alam explica que la compañía sigue un riguroso testeo para sus mandos, que deben adaptarse a los jugadores con "manos doradas". Ese es el término que utilizan internamente en Microsoft para denominar a los jugadores entusiastas que terminan conociendo el
gamepad mejor que sus diseñadores.