Si eres una de las millones de personas que utilizan gafas cuando necesita leer el contenido de una pantalla de ordenador te puede interesar en gran medida lo que se está cociendo en los laboratorios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Investigadores del famoso instituto junto a la colaboración de Microsoft y de la Universidad de California están desarrollando una tecnología para pantallas auto ajustables a las deficiencias ópticas del usuario, evitando por tanto el uso de gafas o lentes de contacto.
Así se ha publicado en la web oficial del
MIT Technology Review, donde ponen de manifiesto sus progresos en estas pantallas prototipo. La tecnología que utiliza un filtro de luz está basada en una serie de algoritmos encargados de calcular el grado de distorsión que tiene la imagen de la pantalla. Para ello se basa en la graduación que tiene el usuario en sus gafas.
Tal y como explica Brian A. Barsky , profesor de la Universidad de California en Ciencias de la Computación y profesor asociado de Optometría y Ciencias de la Visión, el proceso básicamente consiste en deshacer la óptica del ojo humano, de modo que los algoritmos van alterando la luz de cada pixel de la pantalla de forma individual para que cuando pase por los pequeños orificios del filtro los rayos luminosos alcancen la retina con diferente ángulo, conformando de esta manera una imagen nítida para el lector.
Los investigadores utilizan una cámara y lentes para simular un ojo con miopía.
Desde la universidad apuntan que esta técnica podría ser muy útil también para personas con problemas de visión más graves cuyo origen sea un defecto físico que no es reparable con el uso de gafas graduadas o lentillas. Los investigadores han utilizado varias imágenes para hacer sus ensayos, las cuales han sido mostradas en la pantalla de un reproductor de vídeo portátil sobre el que se colocó una plancha de acrílico cubierto a su vez de una pantalla de plástico con miles de orificios situados a la misma distancia.
Otra de las pruebas que se han llevado a cabo ha sido utilizar una cámara réflex digital para simular diferentes problemas de visión como por ejemplo la hipermetropía. Gordon Wetzstein, coautor del trabajo, ha explicado que el siguiente paso es construir prototipos de pantallas que se puedan utilizar en el mundo real, aunque por desgracia habrá que esperar varios años aún. Por otro lado la técnica todavía debe ser mejorada para que la pantalla pueda ser vista por diferentes personas a la vez, teniendo cada una su graduación óptica correspondiente.