NO PUEDO LUCHAR SOLO: EL TEMIBLE EJÉRCITO DE RAMONO
Ramono había destruido gran parte del universo, incluyendo a las Tortugas Ninja y a Vanilla Ice, por lo que se empezó a dar cuenta de que su idea de conquistar el universo era una locura.
"Necesito un ejército", pensó Ramono, y se embarcó en su nueva aventura.
Ramono salió volando y llegó a un planeta habitado por fufus, unos seres parecidos a bolas de pelos con ojos y pies, que los furbys frecruentemene esclavizan y torturan.
-¡Quién quiera seguirme en mi cruzada para conquistar el universo, que de un paso al frente!
Pero los fufus saltaban de un lado a otro, sin intuir las oscuras intenciones del mono. Ramono se dió cuenta de que necesitaba soldados sedientos de sangre, por lo que pensó en los furbys. Así que metió en una jaula con pinchos a todos los fufus, ayudado, eso sí, por un afilado tridente, y dejó a su fiel demonio, Azufre, como guardían.
-¡Que no escape ni uno! -dijo Ramono.
-¡Zi, jefe! -dijo Azufre, quien secretamente, planeaba comerse el sol.
El mono viajó al Planeta de las nubes, y allí habló con los furbys.
-O me ayudáis a conquistar el universo u os quedáis sin esclavos, y tendréis que realizar el trabajo con vuestras propias manos, que por cierto, no tenéis.
-¡Te parto la caraaa! -dijo un furby blanco llamado Lu-luh. Los padres de Lu-luh no le querían, y por eso era violento.
-¡Fiestaaaa! -gritó un furby verde.
-Uh-Tu-Ma -dijo un furby amarillo.
-Si os unís a mí, dejo que matéis gente y que robéis una flota de submarinos espaciales.
-¡Dueeeee! -gritaron todos los furbenses.
Y así fue como Ramono consiguió un ejército de sanguinarios furbys.