Resulta que esta mañana anduve por el centro de Sevilla con la sana intención de ir tachando de la lista regalos de reyes para mis familiares. A todo esto, entro en el FNAC, y ya que estaba, decidí curiosear la sección de música, por la que nunca paso sin acabar llevándome algún clásico rebajado. Mientras hurgaba entre las secciones por alguna reliquia, entreoigo la voz de una chica que pareciese iba sola. Murmureaba andar buscando un regalo para su padre, un disco de un grupo llamado Dire Straits (gran grupo por cierto). No había ningún empleado cerca, así que me decidí a echarle una mano con toda la buena voluntad del mundo. La conversación fue como tal:
Yo: Perdona, te he oido decir que buscas un disco de Dire Straits.
Chica: Sí, ¿qué pasa?
Y: Creo recordar que esos discos andan por esa otra pared.
Chica: (...)
Y: De todas formas, hay una tienda en la calle
tal en la que suelen tener mejores precios y estoy seguro de que hay algo más que aquí de ese grupo
Chica: ¿A ti, quién coño te ha preguntado?
Y: (Pokerface) Perdona.
Acto seguido me fui, aunque llevo dándole bastantes vueltas a la cabeza sobre ese comportamiento. Desde pequeño me enseñaron a echar una mano, siempre que pudiera. ¿Os ha pasado algo similar?