Henry llegó a odiar aquellas terribles e interminables horas en la sala de curación. Pensaba en Voild. En como iba a matarle en cuanto tuviera la oportunidad. Pensaba en el dedo gordo del General y en cuanto la oidaba. Y en sus compañeros. Pensaba mucho en ellos. A menudo se concentraba en ejercicios de rastreo extrapolando su sentido keejs del oído, y esuchaba lo que hablaban sus compañeros. Así se pasaba el tiempo. De vez en cuando sus amigos iban a verle o le envíaban mensajes a un ordenador que se había habilitado a Henry. Le enviaban lo que daban en las clases todos los días. Pero Henry no tardaba más de dos horas en estudiarlo todo. Pronto su cerebro empezó a pedir más. Entonces fue cuando se le ocurrió. Si el no iba a poder seguir el programa oficialmente, lo haría a través de sus compañeros. Se acercó el ordenador, y se pasó seis horas escribriendo. Seis horas en las que su mente no dejó de trabajar. Procesando datos, pensando, pensando, pensando. Aquel día Jihe y Ray fueron a verle por la mañana.
-¿Cómo lo llevamos maldita meirda de carg?
-Me estoy poniendo peor ahora que has llegado tú, Ray.
-Daev te envía recuerdos, no ha podido venir porque tenía una práctica-Jihe llevaba el cabello suelto, muy lacio, pegado a la cara. Eso le concedía cierto aspecto afeminado.
-Pareces una chica, Jihe- Los músculos de Henry se tensaban al reír y eso le dolía terriblemente. No pudo evitar que se notara.
-Tú lo que tienes que hacer es estarte calladito- Repondió Jihe.
Henry estuvo hablando con ellos cerca de una hora. Les comentó su idea de vengarse de Voild, que necesitaba llevar a cabo ciertas ideas, y que para eso les necesitaba a ellos.
-Cuenta con nosotros- Decía Jihe- Mándanos un mensaje con lo que necesites.
-Mientras mejorate, a ver si vuelves pronto- Ray le revolvía pelo.
La Doctora Theis entraba en la Sala de Curación sin el uniforme del Hospital. Henry se dio cuenta de que nunca la había visto de civil.
-¿Ya os marcháis?-Preguntaba la doctora
-Sí, tenemos muchas cosas que hacer. Nos volvemos a ver que tal le ha ido a Daev.
Cuando se hubieron marchado, la doctora se sentó al lado de Henry como de costumbre y comenzó a manilar en la pantalla de la cabina de curación donde se encontraba Henry.
-Ayer soñe en su mente, Doctora.
-Lo se Henry. Necesitaba que estraras para explicarte lo que has de hacer.
-Eso que me pedís es inhumano, Doctora.
-Lo sabemos, precisamente por ello. Es la única manera que nos queda de mejorar definitivamente la raza humana.
-La manera de que lo ádahas sobrevivan, quiere decir- La Doctora bajó los ojos avergonzada. Henry la notó más vieja que nunca. Con dos grandes bolsas de sueño bajo sus ojos, y multiples arrugas en torno a los labios.
-Siento que tengas que ser tú el que lo haga.
-No tienen derecho a pedirme eso. Es una mierda saber que voy a crecer con la única meta de cometer semejante barbaridad.
-Piensa que es por tu bien, Henry. Por el de todos nosotros.
-No se equivoque Doctora. Este es solo vuestro juego. Se que no puedo negarme, pero una vez acabado, me destruiré.
-¡No puedes hacer eso!- Estalló la Docotora
-Y ustedes no pueden utilizarme para lo que me piden. Mi precio es más barato de lo que debería ser. Solo digo que cuando haga el trabajo, yo también moriré. Lo que después hagan los ádahas, quedará en manos del Destino.
La doctora reconoció la firmeza y la verdad en las palabras de Henry, y salió corriendo de la Sala sin decir nada más. Henry se echó a llorar. "No puedo hacer lo que me piden", y el pensamiento de un futuro todavía peor lo envolvió en un mantó de deseperación hasta que se quedó dormido.
Cuando llegaron al apartamento, se cruzaron con Daev que volvía de la Sala de Prácticas con una radiante sonrisa.
-Qué, ¿otra victoria?
Daev asintió.
El problema que habían tenido los tres compañeros desde que Henry no estaba era que siempre se les hacía relativamente fácil ganar a los demás chicos, pero cuando acababan se les hacía imposible contrarestar a Voild con sus ejércitos representado al "enemigo".
-¿También a Voild?
Daev volvió a asentir. Ante la expectación de sus compañeros, Daev entró en el apartamento diciéndo que le siguieran. Les puso el video de la partida. Al principio todo normal. Cuarenta y cinco minutos en los que Daev organizaba los recursos de su planeta, defendía una colonia del ataque de otro muchacho, y terminaba ganando a los demás. Luego llegaba el problema de siempre, Voild acercándose con sus transportes de tropas. La diferencia fue que esta vez Daev le dejó aterrizar, primera sorpresa que se llevó Voild, que lo demostró en cuanto tardó en desembarcar. Una vez las naves tomaron tierra, sus portones se abrieron y comenzaron a vomitar ingentes cantidades de soldados del "enemigo". Criaturas relativamente antropomórficas, de grandes antebrazos, dura piel y aspecto pegajoso. Los dos ejércitos se dipusieron uno frente al otro. La diferencia de numero era de seia a uno a favor de Voild. Daev empezó a mover sus tropas de forma casi inapreciable hacia la derecha. Esto engañó mucho más a Voild que creyó menos numero del que había. Entonces pasó lo esperado. Voild lanzó el típico ataque contra un ejército inferior en número. Ordenó una maniobra envolvente por los flancos. Fue en ese momento cuando Voild se dio cuenta que de que había perdido. El ala que trató de envolver el lado derecho se vio duramente castigado por las numerosas tropas que allí había puesto Daev con el desplazamiento lateral. El ala que trató de superar el lado izquierdo lo hizo naturalmente sin problemas debido a la falta de hombres que había allí, pero quedó paralizada al ver el gran número de soldados replegados hacia le derecha, detrás de la primera línea de Daev que apuntaban de forma perpendicular. Cargaron contra los hombres de Daev que se vieron escindidos en dos bolsas de fuego que le envolvían. Entonces fue cuando Daev cargó con todos sus tanques contra la parte izquierda de Voild que había quedado desprotegida. Entonces el teniente tocó retirada consiguiendo sacar solamente un transporte de allí. Las pérdidas de Daev fueron de quinientos hombres a lo sumo. Las de Voild cuarentamil, como mínimo.
Jihe con los ojos completamente abiertos miró interrogadoramente a Daev como diciendo "¿Pero como?".
-Mirad en el correo-Respondió Daev.
Ray y Jihe abrieron el correo y se encontraron aquello que Henry había estado escribiendo durante horas: "Manual de Estrategia, Por Henry Hassman"
-¡Maldita mierda de carg!-restalló Ray en una sonora carcajada- ¡Bendito seas, Henry Hassman! El grito sonó por los pasillos de los apartamentos, pero esta vez pasó inadvertido para un Henry dormido, replegado sobre su dolor.