LA FIESTA DEL TE
(Un texto sobre la SGAE, el Copyright y la Propiedad Intelectual)
Cada vez que "Teddy" Bautista mueve sus labios en público, en uno de esos medios de comunicación en los que tiene campo libre para opinar, se me suben las entrañas a la boca. Aunque el problema no es "Teddy": este señor, como tantos miembros destacados de la SGAE, en su vida se ha visto manejando tan formidables capitales y no está dispuesto a dejar de seguir manejándolos.
La realidad es tozuda y una y otra vez nos demustra que el capital lo manejan mejor quienes vienen de ilustre cuna. Es desolador tener que decirlo, pero es así. El progre, el izquierdista de boquilla venido a más, no se despega del asiento ni con agua hirviendo; antes morirá matando. Tanto antiguo militante comunista metido en la SGAE y tanto ex hippy y fíjense en lo que han derivado sus doctrinas de "propiedad común". Ahora que han alcanzado el estatus del que renegaban no hace tantos años van y defienden a capa y espada el "Copyright" y la "Ley de la Propiedad Intelectual" máximos exponentes del singular y triste binomio vigente: cultura – dinero.
El origen del problema viene en la pésima utilización de las palabras, del lenguaje. No, no crean que me he vuelto loco. Hoy en día en los medios de comunicación cualquier badulaque opina sobre los temas más trascendentales sin el menor recato y lógicamente sin la menor idea. Palabras como el amor, la cultura, el arte, la democracia o la ética han sido vaciadas de su contenido real. Cualquiera de estos términos fue en épocas pretéritas objeto de estudios filosóficos, de grandes novelas o de refinados análisis y hoy cada cual tiene una idea muy precisa –pero muy personal- de lo que significan miles de términos cuyo sentido real estaba perfectamente definido en la memoria colectiva no hace más de 50 años. Hoy cada cual "sabe" perfectamente qué es la cultura, qué es el amor, qué es al arte y hasta qué es la democracia y no duda en usar de estos términos según su propio parecer (o el que ha oído por la televisión sin ir más lejos).
El galimatías que provoca este vaciado del significado real de las palabras es monumental: se confunden unos términos con otros y "cultura" puede significar algo totalmente opuesto según la cabeza en la que se fragüe la idea. También las ideologías pierden su significado real y un "comunista" o un político "anti-OTAN", por poner un ejemplo, puede, mediante no sé qué razonamientos y conjeturas justificar para sí mismo lo que a los ojos de los demás es, simple y llanamente, un cambio de chaqueta; pero el fulano en cuestión se seguirá sintiendo tan identificado como antes con sus "ideales", y tan feliz... y tan convencido. Ni se percatan de la inmensa facilidad que han tenido para olvidar su pasado personal, su propia cuna.
La cultura ha sido secuestrada por el dinero. La Cultura, con "c" mayúscula, está presa de los que se dicen poseedores de ella, a saber: la industria, las multinacionales y cuatro juntanotas o juntaletras bien pagados por estas organizaciones. Esta idea es espeluznante pero quienes aman el conocimiento -y por extensión la cultura- saben que esto tan cierto como que el sol sale cada mañana. Cultura significa conocimiento y no hay mayor placer, ni acto más gozoso para un auténtico artista que hacer llegar su obra al mayor número de personas. Al conocimiento no se le pueden poner barreras, no se puede limitar a nadie que lo solicite el acceso al conocimiento por el simple hecho de no tener dinero para pagarlo, no se puede impedir conocer algo que es bueno y que engrandece al ser humano.
El arte y conocimiento se debe de compartir para que se pueda enriquecer con las aportaciones de otras personas. Si la Cultura es arte no hay acto más generoso y noble que depositarla en manos de todos aquellos que quieran gozarla, aunque éstos no puedan pagarla. Las leyes actuales no sostienen estas ideas y perjudican a los ciudadanos con múltiples restricciones. Es muy lamentable que estas palabras suenen como si las pronunciase un idealista, un iluso. Pero se pueden dar grandes avances para que a la "C" del Copyright se le caiga el círculo que la encierra.
Para desgracia de las mentes inquietas, los autores bien pagados (o los que dicen serlo) son cobardes, cobardes como mis queridos políticos y algunos miembros de la maltrecha Justicia. Se inclinan ante el patrón y se postran ante el dinero. Los desventurados creadores que no acepten las limitaciones que se les imponga a su arte o a los que no les sonría la fortuna, pueden darse por satisfechos si alguna vez, ya muertos, algo de su saber hacer ve la luz.
Tantos y tantos genios a lo largo de la historia que han muerto en la más absoluta de las miserias y ahora, con algo de suerte, cualquier buscón que hace algo medianamente ingenioso puede, con la protección de la ley, vivir de las rentas durante el resto de su vida.
Cualquier artista dotado de genio en el pasado, hubiese trabajado hasta casi el fin de sus días, tal y como hacemos el resto de los mortales en la actualidad. Hoy se puede afirmar que desde que terminó la Revolución Francesa y se asentaron los derechos de autor la mayoría de los artistas con talento han reducido su producción a lo largo de su vida si la comparamos con la de otros talentos de siglos anteriores. Rossini, de haber nacido unos años antes, seguro que nos habría legado muchas más delicias musicales que su Barbero de Sevilla y sus tratados culinarios. El autor que gana dinero, la mayoría de las veces, deja de producir a un buen ritmo. El autor que no gana dinero se pierde entre las tinieblas del olvido.
¿Queremos que los artistas ganen menos dinero? No. Queremos que los artistas ganen el dinero justo por su trabajo diario y que se gestionen ellos mismos su trabajo y los beneficios que éste le genera. ¿Creemos que difundir la cultura no tiene unos gastos? No. Creemos que difundir la cultura puede hoy en día tener menos gastos que en cualquier época pasada, pero se está haciendo todo lo posible por controlar y ahogar estas vías de difusión tan económicas y tan democráticas. ¿Queremos que desaparezcan los intermediarios y dejar a miles de personas sin trabajo? Sí. Los intermediarios -hoy en día- sobran entre el autor y el consumidor. En cuanto a los puestos de trabajo... muy enternecedor el argumento, pero las multinacionales no dan trabajos dignos.
Ahora hablaré del autor que, gracias a las rentas que le genera un trabajo que hizo hace años, se convierte en patrón. Ese es el caso de tantos artistas que ahora se dedican sin escrúpulos a explotar con gran astucia a sus compañeros. Estos truhanes capitanean hoy la SGAE. Esta sociedad lejos de defender a los autores defiende lo mismo que la Ley de la Propiedad Intelectual y el Copyright: los intereses de la industria, del dinero, de las grandes corporaciones. Lo demás es verborrea falaz. Cualquiera que tenga acceso a los textos legales se quedará pasmado al ver los niveles de proteccionismo que otorga esta Ley a los autores (en realidad una vez más se utiliza el nombre de los autores para tapar el verdadero nombre de los auténticos beneficiarios de la Ley: los grandes grupos empresariales, porque los pobres autores no suelen ver ni un céntimo).
La SGAE es una vieja galera con tres banderas ajadas: la del Copyright, la de la Ley de la Propiedad Intelectual y la del Dinero. Sus galeotes ya se han cansado de remar al son de los contratos draconianos de las multinacionales del sector, se alzan voces discrepantes (y se acallan). Se acabó eso de atracar en cada puerto en busca del dinerito fresco de los ingenuos compradores. El dios Eolo -su antaño querido comprador de discos- se ha cansado de soplarles el navío. Ahora quieren coger a Eolo por el pescuezo y decirle que siga soplando: soplará tempestades. Mientras tanto modernas embarcaciones surcan el mar: de un lado el imparable buque pirata; del otro una moderna embarcación llamada Internet cuya bandera es la libertad –de momento-. Los cañones de la SGAE apuntan a Internet y a sus navegantes con más acierto y más ahínco que al buque pirata. Mientras tanto el cipote a la vela que capitanea la SGAE confunde a Eolo (los que compran los discos) con los piratas y dispara sus armas contra Internet y (estupidez extraordinaria) contra el mismísimo Eolo. La galera irremediablemente se hunde al ritmo de los nuevos tiempos. Y en ella perecerán los que creen que la cultura y el dinero son compatibles. Ya les estamos empezando a ver las posaderas a los que con su silencio no salen a dar la cara para defender el canon sobre los CD-R. ¿Es que se creen que no tenemos memoria y no sabemos quienes son los que están calladitos?¡Queremos verles las caras a los que hace 9 años defendieron en televisión el canon sobre las cintas de video!
Confunden en la SGAE al pirata de verdad con el amante de la cultura: el primero va a hacer daño, el segundo a darles de comer. Creer que el amante de la cultura es un pirata porque se copia un CD es propio de gestores miopes y estultos. Satanizar al pequeño usuario, equiparales con los auténticos piratas por acceder a la cultura sin pagar es un error: dejen de fustigar al cansado consumidor y no le traten como a los bucaneros. Si ellos pagan por un disco y copian tres pónganlos más baratos y tal vez les compren los tres, pero no nos incordien con cánones y con medidas represivas o conseguiran hacer realidad lo que ustedes no son capaces de ver: que el comprador, cansado de tantas amenazas y de tantas leyes, se vuelva a favor de la piratería.
Las malas gestiones y los abusos tarde o temprano dan la cara. Con mal enemigo habéis topado: el narcotráfico se moderniza y se pasa a la piratería musical. No es enemigo pequeño. Pero los internautas, los compradores de libros, los que vamos al cine y compramos discos NO somos piratas, aunque copiemos discos, aunque fotocopiemos libros, aunque copiemos peliculas NO somos piratas. Todo esto acabaría si abaratáseis los precios de los bienes culturales, buscad fórmulas, que para eso os estais llevando el dinero calentito.
Con lo que no vais a acabar es con la verdadera pirateria porque esa siempre ha existido: por más golpes que de las Fuerzas de Seguridad del Estado (que las pagamos todos) y por más leyes que se dicten para combatirla. Si quereis que la pirateria se acabe teneis que reducir el precio de los compactos y aprender a guardarle un respeto a los potenciales clientes de "vuestros" productos. No hay más salida. Y todo lo demás son los últimos estertores de una forma de Propiedad Intelectual que está agotada.
En cuanto a mi querido "Teddy"... ¿qué quieren que les diga? Su patética gestión y su torpeza se pone de manifiesto día tras día. Ha convertido a la SGAE en una maquina de pleitear, cree que hay que "atajar la piratería ahora o nunca" (¿cómo se puede afirmar algo así y quedarse tan tranquilo? ¿Va usted a solucionar un problema milenario ahora? ¿Usted? ), llama tontos a los que dicen que "es mejor que el emigrante venda discos a que cometa un delito" (igual cree que los que piensan así son todos unos piratas que nunca compran CD´s originales) y cuando una sentencia no le es favorable se deja caer diciendo "con los miles de millones que genera la piratería se compran policías, jueces y abogados" (Gracias Sr. Bautista por decirnos qué es lo que compra el dinero, viniendo de usted lo creemos sin temor a equivocarnos aunque pudiera ser que con ese dinero se compren a policias, jueces y abogados de su misma calaña) . ¿En serio creen que este hombre tiene talla para defender a los autores? ¿Creen que es capaz de distinguir a un pirata de un consumidor que intenta copiarse el disco de su amiguete pero que a su vez compra otros discos? Si ustedes fuesen autores ¿elegirían a este señor para representarles?
¿Y mis queridos políticos? ¿No les recuerdan a los peleles?¿No les da apuro verlos siempre tirándose los trastos a la cabeza y diciendo astracanadas? En lugar de pelear por hacer un pais mejor miren a lo que se dedican. He visto a párvulos tomarse más en serio sus quehaceres diarios.Me consuela pensar que por lo menos ellos no son los que mandan, que el que manda es el dinero y nadie más.
¿Y a la Justicia? ¿No la ven presa del poder político? ¿No la ven deslegitimada PARA SIEMPRE cuando se producen corruptelas como las de los últimos días o se dictan sentencias más que dudosas? ¿Nadie ve como se tapan los unos a los otros? ¿Ningún alto cargo del Poder Judicial nos pide perdón públicamente a todos por los últimos acontecimientos que están pasando en los más altos Tribunales de nuestro pais?
No sé por qué razón se me viene a la cabeza el año 1770. Los EEUU aún eran colonias inglesas. Los ingleses promulgaron la Stamp Act, una ley impositiva que pretendía recaudar más impuestos de las colonias. Los colonos se enfadaron bastante y BOICOTEARON los productos ingleses. A Samuel Adams se le ocurrio protestar contra el impuesto que gravaba el té asaltando tres buques británicos que traían este producto. Los ingleses retiraron todos los impuestos ¡excepto el del té! Por ahí comenzó el fin de los británicos en el suelo de lo que hoy conocemos como EEUU.
La que se puede armar por una tasa inofensiva; por un simple canon ¿o no? Quizá esta sea la gota que ha colmado el vaso.
FIRMADO: EL MARTILLO
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