En 1992 Amanda Boxtel sufrió un catastrófico accidente de esquí que la paralizó de la cintura para abajo. 22 años después de que los médicos le comunicaran que no volvería a andar, la tecnología por fin ha llegado al punto de poder contradecirlos.
La conocida fabricante de impresoras tridimensionales, 3D Systems, se ha aliado con la compañía Ekso Bionics para desarrollar un
exoesqueleto robótico híbrido hecho a medida que ha permitido a Amanda Boxtel dar sus primeros pasos en años. El exoesqueleto es el primero de su clase gracias a un sofisticado sistema de escaneo e impresión 3D que permitió ajustar el diseño a los contornos de la anatomía de Amanda.
Los responsables del proyecto explican que el objetivo era evitar que las partes sobresalientes del cuerpo se encontraran con alguna parte dura del exoesqueleto. Esto es de especial importancia para una persona paralizada debido a que, al no poder sentir el continuo rozamiento, este daría paso a hematomas y abrasiones. Del mismo modo, la precisión alcanzada por las impresoras tridimensionales ha permitido diseñar recubrimientos que dejan transpirar a la piel del usuario.
Una vez adaptado el modelo a la geometría de Amanda, Ekso Bionics implementó una serie de controladores mecánicos que permiten al exoesqueleto soportarse erguido y seguir los movimientos de su operador. "Cuando el robot se convierte en el dispositivo que te permite dar cada paso durante el resto de tu vida, la conexión entre cuerpo y robot lo es todo", explica Scott Summit, jefe de diseño en 3D Sytems.
"Tras años de soñar con ello, estoy profundamente agradecida y encantada de estar haciendo historia andando de pie con el primer Ekso-Suit de impresión tridimensional hecho específicamente para mí", reconoce Amanda Boxtel. "El proyecto representa el triunfo de la creatividad humana y la tecnología que se han reunido para restituir mi funcionalidad auténtica con un diseño bonito, elegante y orgánico".