El ‘remake’ de ‘Amanece que no es poco’ que estuvo a punto de dirigir Scorsese

El ‘remake’ de ‘Amanece que no es poco’ que estuvo a punto de dirigir Scorsese

El director de ‘Malas calles’ estuvo a punto de rodar el ‘remake’ de ‘Amanece que no es poco’ con Robert de Niro y Jack Lemmon en los papeles principales. El proyecto se frustró por culpa de dos factores de peso: ‘Uno de los nuestros’ y la mujer del director, que temía otro tropezón en la carrera del cineasta tras el fiasco de ‘La última tentación de Cristo’.

1989. Sevilla. El director de fotografía de origen español Néstor Almendros visitaba el municipio de Tomares para ver el Instituto de Enseñanza Secundaria que lleva su nombre desde hace un año. Siempre se había quejado de que “aquí no se le hacía demasiado caso” pese a haber trabajado con directores de la talla de François Truffaut y Eric Rohmer (o Vicente Aranda, en nuestro país) por lo que recibió en su momento ese homenaje con gran satisfacción.

Esa noche, Almendros tenía ganas de ver una película. Al pesar delante del Cine de Tomares y contemplar la cartelera, las imágenes promocionales de un film titulado Amanece que no es poco, le llamaron la atención. Eran el paisaje y la vestimenta de los personajes. Creía reconocerlo aquello. Su padre nació en Almansa, provincia de Albacete y él juraría que lo que tenía ante sus ojos se debía haber rodado no muy lejos de allí. Comprada su entrada, entró en el recinto justo cuando la película comenzaba. La vio, fascinado, dos veces seguidas. Estaba en lo cierto: la obra se había filmado en las localidades albaceteñas de Molinicos, Ayna y Liétor.

Poco después, Almendros cruzó el charco para trabajar en el rodaje de Historias de Nueva York junto a los directores Woody Allen, Francis Ford Coppola y Martin Scorsese. Según cuenta en sus memorias Best boy, another coffe Stefano Marino durante una de las cenas al finalizar el rodaje, mientras degustaban una Pana Cotta hecha personalmente, por Eleanor Coppola, los directores y parte del equipo se enredaron en una acalorada discutieron sobre el surrealismo en el cine europeo. En aquel momento, Almendros tomó la palabra para hablar sobre la película que acababa de ver en España. Woody Allen estaba especialmente impresionado por la colorida descripción de las escenas que hacía con entusiasmo el barcelonés y en un momento se levantó para callar a Almendros. “No quiero saber nada más Néstor, quiero ver esa película, no que me la cuentes.”

Al día siguiente, mientras Almedros tomaba medidas con su fiel fotómetro antes de rodar una escena, Scorsese se le acercó y, en voz queda, pero alzando sus pobladas cejas negras en un gesto de apremio, le dijo: “Nestor, consigue una copia de esa película.”

El director de fotografía no esperó a que la cosa se enfriase y llamó al día siguiente a Vicente Aranda a España, consiguiendo a través de él el contacto de Cuerda. Al contestar la llamada Cuerda, al principio pensó que todo aquello era una broma del director madrileño. ¿Cómo que le pedían una copia de su película para Hollywood?

“¡Casi me da un pasmo cuando me dijeron que la iban a ver juntos Scorsese, Coppola y Woody Allen!”, contó Cuerda en 2002 en una entrevista publicada en el especial Cine raruno español de 2000 Maníacos.

La copia en VHS tardó casi un mes en llegar a la residencia de Scorsese en Nueva York, donde este la vio únicamente acompañado de Néstor Almendros y su esposa, la productora Barbara De Fina. Ni Allen ni Scorsese pudieron asistir a la proyección privada.

Almendros ejerció de traductor y la proyección se hizo eterna debido a los múltiples parones en los que el director de fotografía explicaba al italoamericano lo sucedido en la película, recuerda en sus memorias Working for Mr S (2008) el asistente personal de Scorsese, Gary Scurnacchi.

Al finalizar el primer pase, Martin Scorsese pidió a Scurnacchi una botella de Chianti y, ante el asombro de Almendros, ordenó que se le proyectase la película de nuevo. Así se lo contaron a José Luis Cuerda: “Se ve que esta segunda estaba relajado. Néstor me contó que Scorsese se rió, pero reírse, lo que se dice reírse, a carcajadas, especialmente con el personaje de Gabino Diego, claro, un estudiante americano, y por lo visto se le saltaban las lágrimas con la escena de cama de Luis (Ciges) y Antonio (Resines)”

La mañana siguiente, durante el desayuno, M.S compartió con su esposa y productora, De Fina, el entusiasmo y buena energía que le había transmitido la película del tal Joe Louis Rope (José Luis Cuerda). Como ella recuerda en sus memorias Miracles of a Woman Producer in a Mans World, el director casi no probó los huevos Benedict y bebió una taza de café tras otra mientras gesticulaba en un agitado discurso. Lo había decidido. Tras el descalabro de La Última Tentación de Cristo y la película capitular con Allen y Coppola necesitaba romper esquemas. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que a la europea? ¿Y si hacía una versión americana de aquel surrealista film español?

Un reparto estelar

Scorsese empezó a trabajar en un boceto de guion y a consultar disponibilidad de actores con la directora de casting Ellen Lewis. Quería grabar en Arizona. Para los papeles de Teodoro (Antonio Resines) y Jimmy (Luis Ciges) pensó en Robert de Niro y en Jack Lemmon, que habían trabajado reciente y respectivamente, en Nunca fuimos ángeles y en El asesinato de Mary Phagan. El personaje del Cabo Gutierrez, el guardia civil interpretado por José Sazornil ‘Saza’ se convertiría en un Ranger de Arizona. El actor que Scorsese tenía en mente era Jerry Lewis, al que había dirigido en El Rey de la Comedia en 1982.

Decidió transformar el personaje de Gabino Diego de portavoz americano en vocero mexicano, y le comentó por teléfono a Francis Ford Coppola que su sobrino Nicolas (Cage)“sería el ideal para encarnarlo”. Del resto del casting que Martin tenía en mente sabemos por las anotaciones de Ellen Lewis que “creía que Danny de Vito bordaría el personaje de Tirso, el tabernero filósofo y me pidió que hablase con (Joe) Pesci para el sacerdote” (en la versión española lo interpretaba el cómico Cassen), y que “debía contactar a Jack (Nicholson) para que nos hiciese de alcalde” (Rafael Alsonso). Contaba también con Lorraine Bracco para el personaje de Susan (Fedra Lorente), que adquiriría más peso en el guión del italoamericano. Otros actores que también barajaba para completar el nutrido reparto William Dafoe, Sharon Stone, Alan Alda, Ben Kingsley, Patricia Arquette. Griffin Dunne, y Nick Nolte.

Existe otro testimonio que aportaría veracidad a esta estrambótica historia. David Bowie declaraba en el número de agosto de 1989 de la revista musical británica Smash! que había sido tanteado por Scorsese para interpretar a un profesor de un pequeño pueblo de Arizona en una comedia musical surrealista. El título que dio al reportero el cantante y actor era Seeing The Dawn is More than Enough (textualmente: Ver el amanecer es suficiente).

¿Y qué pasó entonces?

El final del remake americano de Amanece que no es poco tuvo tintes de comedia de Woody Allen. Barbara de Fina llevaba rumiando desde hacía unas semanas como torpedear la absurda aventura en la que se había embarcado su marido, al que no quería ver involucrado de nuevo en un proyecto de calidad pero con nulos visos comerciales. Mujer inteligente y curtida en mil batallas, desempolvó el guión de Uno de los nuestros (proyecto que Scorsese había desechado en favor de La Última Tentación de Cristo) y lo plantó una mañana delante de las narices de Scorsese y tuvo una agria discusión con él sobre su “locura española”. Gary Scurnacchi recuerda las duras palabras de la productora en su libro.

“No pienso ir al culo del mundo con tus amigotes a grabar durante semanas sobre un pueblo donde se elige a la puta en asamblea. Olvídate de esta tontería, te juegas tu carrera. Ya te dije que no hicieses esa bazofia sobre Cristo, pero nada, como siempre te tuviste que pasar de listo. ¿Y sabes? Esta que está aquí está de tus crisis creativas hasta el mismísimo. Te produzco esta peli de gangsters , algo que se te da bien, o no te produzco nada, Tú verás”.

El director italiano aceptó y acabó rodando el film basado en la novela Wiseguy, de Nicholas Pileggi, que recaudó 46.8 millones de dólares en EEUU. Para la cinta, que fue nominada a seis premios Oscar, contó con algunos de los actores que habrían recreado el Albacete americano, como Robert de Niro, Joe Pesci y Lorraine Bracco.

El gran Néstor Almendros falleció en 1992 en Nueva York, víctima del sida.

José Luis Cuerda no volvió a ser consultado por Scorsese sobre Amanece, que no es poco, pero aquellas navidades recibió un paquete desde Estados Unidos. Al abrirlo se encontró con una caja y una nota en la que se leía. “It was a nice dream, Mr Rope. Merry Christmas. Martin.” (Fue un hermoso sueño, “Señor Cuerda”. Feliz Navidad. Martin.). En la caja había tres botellas del mejor Chianti.

http://blogs.publico.es/strambotic/2015/12/its-dawning/

Menuda lastima que no se hiciera, habría sido algo digno de ver...
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