El
Galaxy S8 es más que un teléfono bonito con una pantalla muy grande. Y ciertamente está obligado a serlo si Samsung quiere justificar unas tarifas tan pronunciadas que podrían espantar a algunos de sus seguidores. El fabricante coreano cuenta con que su procesador Exynos 8895/Snapdragon 835, sus mejoradas cámaras y su impresionante panel Super AMOLED de esquinas redondeadas sean suficiente para endulzar los precios, pero lo cierto es que su ficha técnica revela algunos detalles importantes que no han sido objeto de mucha atención.
Más que la ya conocida protección contra el agua o el poco sorprendente soporte para redes LTE de alta velocidad, resulta novedoso el hecho de que el Galaxy S8 será el primer teléfono del mercado con soporte para el estándar
Bluetooth 5. Este dato que pasó casi desapercibido durante la conferencia de ayer significa que el nuevo teléfono de Samsung podrá conectarse a accesorios compatibles al doble de velocidad y a cuatro veces más distancia que sus rivales directos.
La especificación Bluetooth 5 fue presentada oficialmente en diciembre. Pone especial énfasis en la velocidad y el área de conexión a fin de establecer enlaces menos restringidos y más eficientes con los dispositivos que forman el denominado Internet de las cosas, pero no aporta necesariamente mejoras en la calidad de audio, que es un aspecto que no será revisado hasta el año que viene. Su mayor ancho de banda, sin embargo, permitirá utilizar dos juegos de auriculares inalámbricos simultáneamente con una calidad acústica supuestamente adecuada (aunque Samsung incluirá unos
AKG con cable con el teléfono).
Por otro lado, el almacenamiento interno del Samsung Galaxy S8 estará basado en el estándar
full-duplex UFS 2.1. Esto significa que debería ser un teléfono extraordinariamente rápido a la hora de mover datos o instalar aplicaciones particularmente grandes. El dispositivo incorporará un total de 64 GB.
Si bien no se trata de una primicia absoluta como el Bluetooth 5, actualmente hay muy pocos teléfonos con memoria UFS 2.1 en el mercado (entre ellos el
LG V20 y el
Huawei Mate 9). La velocidad final depende de factores como el controlador y el tipo de memoria NAND utilizada, donde Samsung ya tiene bastante experiencia, por lo que cabe esperar unas prestaciones de primera línea (aunque serán los
benchmarks los que terminen poniendo los puntos sobre las íes).
Ahora queda por ver si Samsung logra dejar atrás la alargada sombra del
Galaxy Note 7 y convence a los consumidores para hacer el Galaxy S8 otro superventas.