Los detalles sobre el servicio de
streaming en el que está trabajando Disney se han multiplicado en los últimos días. La iniciativa empieza a tomar forma y nadie del sector (público incluido) debería pasar por alto el inmenso potencial que atesora la compañía, propietaria de franquicias como Star Wars, Marvel, las producciones de Pixar o su infinito catálogo de películas animadas.
Según informa
Deadline, los planes de Disney pasan por inaugurar su servicio de
streaming en otoño de 2019, primero en Estados Unidos y posteriormente expandirse en el mercado internacional. La compañía ha estado reuniendo a su equipo creativo para configurar la alineación de contenido inicial, sin entrar de momento en cómo encajarán dentro de la oferta
los activos de 21st Century Fox que recientemente han adquirido por 52.400 millones de dólares.
La intención de Disney es que su plataforma OTT refleje la imagen que la compañía proyecta al mundo. Esto significa que no ofrecerá ni películas ni series para adultos (clasificación R o +17), quedando estas reservadas para Hulu, servicio en
streaming responsable de The Handmaid's Tale (en España la emite HBO) y participado en un 60 % por Disney después de la compra de 21st Century Fox. La voluntad es dejar las series de Marvel ahí donde están, permitiendo a Netflix mantener su catálogo de superhéroes.
En cuanto a series, tenemos la adaptación de High School Musical, una de animación ambientada en Monstruos S.A y dos de acción real sacadas de los universos de Marvel y Star Wars. Respecto a las películas, los proyectos prioritarios son: Don Quijote con guión de Billy Ray (Capitán Phillips y Los Juegos del Hambre); La Dama y el Vagabundo; El Mago de Papel; Stargirl dirigida por Julia Hart (Miss Stevens); y Togo dirigida por Ericson Core (Invincible).
Lucasfilm ya amplió el universo de Star Wars con series como Star Wars Rebels, aún en emisión. Durante el primer año el objetivo de Disney es producir para su servicio de
streaming entre cuatro y cinco películas originales y cinco series de televisión. En el caso de las series se habla de presupuestos de entre 25 y 35 millones de dólares por una temporada de 10 episodios, sin descartar desembolsos de 100 millones de dólares para sacar adelante los proyectos más ambiciosos. A todo este contenido hay que sumarle el inmenso catálogo de productos de televisión existentes así como las películas que primero pasan por el cine.
Bob Iger, director ejecutivo de Disney, ya avanzó que la compañía
no invertirá tanto dinero para producciones propias como está haciendo Netflix, que en 2018 se dejará 8.000 millones de dólares en contenido. Disney ya tiene marcas potentes que todo el mundo conoce y su objetivo es primar la calidad y no la cantidad. Esta menor inversión y volumen de contenido repercutirá en el precio del servicio, que según Iger será
“sustancialmente más barato” que Netflix.
Queda por ver cuándo la plataforma de Disney decidirá expandirse más allá de Estados Unidos y cómo llegará. En España Disney mantiene una buena relación con Movistar, uno de los pocos operadores que tiene un canal propio (Movistar Disney) con el sello de la compañía de entretenimiento.
Fuente: Deadline