Me hace gracia ese dramatismo con los accesos anticipados, como si estar en acceso anticipado hiciera peor o mejor a un juego. Es más, a estas alturas de la vida, ni siquiera lo hace más o menos jugable, porque la gran mayoría de juegos, por mucho que salgan "completos", tienen una cantidad de bugs demenciales que tienen que ir arreglando.
Sobre proyectos abandonados, lo mismo, hay juegos "completos" que salen rotos al mercado y no los vuelven a tocar, y es la propia comunidad quienes tienen que sacar fixes porque sabes que ni los desarrolladores ni las editoras, por grandes que sean, se van a acordar de ese juego.
Acceso anticipado sólo quiero decir que, en principio, siguen trabajando en el juego. Pero ya. No es ningún indicativo de cómo se encuentra a nivel jugable. Cosas como Project Zomboid se mean en la cara de ciento un juego "completos" que han salido al mercado, en cuanto a contenido, estabilidad y dedicación, y ahí está, en acceso anticipado desde hace diez años. Y es uno de los desarrollos más maravillosos que hay hoy en día.
Phasmophobia, Dyson Sphere, Satisfactory, hasta el maldito Baldur's Gate 3, joder... Son todos juegos notables que te pueden dar cientos de horas de juegos en su estado actual, y es emocionante seguir su desarrollo, saber que muchas veces escuchan las opiniones de los jugadores y ver cómo implementan sugerencias, como van mejorando...
Es más, he seguido unos cuantos early access, que cuando sacan su versión 1.0, me hacen perder el interés porque ya sé que se van a quedar ahí, y a los que a lo mejor ya he dedicado 100 o 150 horas, como me pasó con Starbound o Oxygen not included.
Cuando un juego es malo, es porque es malo, no porque esté en acceso anticipado o no. Hay juegos completos que dan vergüenza ajena, eso sí que tiene delito... Al menos un acceso anticipado va de cara, 'estamos currando en el juego, y esto es lo que hay de momento', punto. Mejor eso que no un 'lo sacamos según esté porque nos lo pide la editora'.
Y como un juego se puede quedar roto, haya salido completo o no, pues... qué más da.
Ya son ganas de llorar por nada.