El Ejército de los Estados Unidos no se conforma con
rifles inteligentes y ahora va a por un exoesqueleto robótico que no tiene nada que envidiar al de Iron Man. El jefe del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOCOM) ha
confirmado que para el próximo mes de junio se habrá completado el desarrollo de tres prototipos del denominado
Tactical Assault Light Operator Suit, o TALOS.
Las tres primeras unidades no contarán con alimentación eléctrica, pero el organismo militar espera incluirla próximamente junto a un ordenador de a bordo, permitiendo toda una serie de
características que no desmerecen del personaje de Marvel. Como capacidad más destacable, cada TALOS poseerá una "armadura líquida" que se solidifica en milisegundos al aplicarle una corriente eléctrica o un campo magnético.
El exoesqueleto también ofrecerá al usuario información visual de geolocalización, medidas de soporte vital básicas (como calor u oxígeno), permitirá monitorizar las constantes vitales y tendrá conexión directa con el centro de mando. Con el tiempo, los desarrolladores del prototipo esperan que también permita asistir en la movilidad y agilidad de los soldados.
"Ese traje, si se realiza correctamente significará una mejora revolucionaria en la supervivencia y capacidad de los operadores especiales", comenta el Almirante William McRaven del SOCOM. Más allá de la protección de la infantería, el oficial destaca que la nueva tecnología representará para EE.UU. una "enorme ventaja comparativa sobre nuestros enemigos y proveerá a nuestros guerreros la protección que necesitan".
El proyecto aúna en estos momentos a 56 empresas, 16 agencias del gobierno, 10 laboratorios nacionales y 13 universidades, entre las que se encuentra el MIT. Los responsables del SOCOM ya se han aproximado al Pentágono de los Estados Unidos para promover premios en metálico a los mecánicos y desarrolladores que decidan unirse al proyecto. El modelo final, que se espera que sea un exoesqueleto de cuerpo completo, llegará en agosto del año 2018.