Pues como metan el hocico en España e investiguen los años COVID más vale que vayan preparando máscaras de esas anti-gas.
Y como reflexión general, cito a Nietzsche:
¡Ved, pues, a esos superfluos! Adquieren riquezas y con ello se vuelven más pobres. Quieren poder, y, en primer lugar, la palanqueta del poder, mucho dinero,- ¡esos insolventes!
¡Vedlos trepar, esos ágiles monos! Trepan unos por encima de otros, y así se arrastran al fango y a la profundidad.
Todos quieren llegar al trono: su demencia consiste en creer- ¡que la felicidad se sienta en el trono! Con frecuencia es el fango el que se sienta en el trono- y también a menudo el trono se sienta en el fango.
Dementes son para mí todos ellos y monos trepadores y fanáticos. Su ídolo, el frío monstruo, me huele mal: me huelen todos ellos juntos, esos idólatras.
Hermanos míos, ¿es que queréis asfixiaros con el aliento de sus hocico y de sus concupiscencias? ¡Es mejor que rompáis las ventanas y saltéis al aire libre! (…)
Allí donde el Estado acaba comienza el hombre que no es superfluo: allí comienza la canción del necesario, la melodía única e insustituible.