El Tribunal de Primera Instancia de la UE ha respaldado la decisión de la Comisión Europea de castigar a Microsoft por prácticas monopolistas y ha confirmado la multa de 497,2 millones de euros impuesta que le fue en 2004.
La sentencia apoya las medidas correctoras decretadas por el Ejecutivo comunitario, que consistían en comercializar una versión de Windows sin el reproductor Media Player y en suministrar a los rivales información suficiente para que puedan fabricar productos compatibles con Windows.