REYZIDANE escribió:Cuando tu respetes, te respetarán . recuerdalo .
Ese es el problema de los extremos, que no son capaces de respetar. "Sólo mi manera de ver el mundo es la que debe ser. Y punto".
Ponte en la piel de ese "negro de mierda". Ahora imagina que simplemente por el color de tu piel (ahora eres un negrata), yo te digo que eres un mierda, que me robas el pan y mi futuro. Cojonudo ¿verdad?
Porque claro, los alemanes, franceses, ingleses, suecos, estadounidenses, austriacos y demás, al ser blanquitos y tener pasta (¡qué casualidad, como yo!), esos no son "sucios extranjeros, ni negros de mierda, moro-mierdas, gitanos de los cojones o con quien la quieras tomar.
Digo más ¿Por qué piensas que un empresario querría contratar a un moro antes que a tí? Suponiendo que ambos tengáis los mismos estudios, experiencia laboral, etc, en ese trabajo que buscáis. Porque creo recordar que ningún tipo de fuera (mucho menos un tipo dejado de la mano de Dios), tiene la capacidad económica suficiente "comprar" un puesto de trabajo. No me digas ya "robarlo". Si se contrata antes a un moro/negro/lo que sea, es porque cobra en negro y mucho más barato (lo que es de cajón de IKEA).
¿Y si te sale un hijo gay? ¿O tienes una chica que sale con un novio negrazo? ¿Entonces qué? ¿Dejas de ver pelis de Will Smith o te cagas en la madre que parió a Cristiano Ronaldo, Zidane, Khedira, Ozil, por ser de fuera? ¿O a ellos no, porque tienen pasta y juegan en mi equipo, a mis ojos ya son tan españoles y patrios como Curro Jiménez? Claro, que para esto también hay clases, que el moro del PSG, me parece un tío cojonudo.
Esto no es cuestión de respeto o no, es cuestión de lógica y razonamiento. Encuadrarse y cerrar filas (encima a día de hoy) en un pensamiento arcaico de narices, sólo sirve para crearte ceguera a ti mismo.
En todas partes cuecen habas, seas blanco y rubio, moreno, gitano, moro, negro, rumano, rico, pobre, hombre o mujer. Ser gilipollas, no respetar al prójimo, un mal nacido, un cabronazo sin escrúpulos, es indistinto de tu condición racial. Y sí, tú y yo, somos iguales a ese negro desgraciado que está en la calle, la única diferencia es la cantidad de pasta que tenemos cada uno en nuestros bolsillos. Porque tú y yo, seríamos unos muertos de hambre en Dubai, que no se te olvide.