[Esto es lo que pasa cuando te pones a teclear sin inspiración ni verguenza]
(texto revisado)
Entonces el pequeño vampiro, que vivía en el prepucio del padre, descapullo la piel que le servía de casa y mirándoles les grito enojado y desvelado:
-¡Apartaos que me quitáis el sol! ¡Y ni siquiera es tiempo de Ramadán!
La respuesta no les gusto a ellos. Ni a ellos ni a la tribu de inspectores fiscales que vivían en el piso de arriba rodeado de calculadoras y maquinas de café. Con sus ojos inyectados en sangre y sus trajes ceremoniales de piel de pingüino gritaron, por la ventana:
-¡Empieza la preinscripción de la Renta! ¡Arrepentiros pecadores pues os saldrá a devolver!
El padre ya un poco harto de los molestos vecinos, tomo su fiel escopeta de perdigones 100% kriptonita sin azúcar y con ella masacro a los vecinos gritando sin cesar:
-¡El poder para el pueblo malditas sanguisuelas capitalistas!-
Tras la masacre la madre volvió a sentarse en su querida silla, recuerdo de una dote mas efímera que sus rentas, tomando un bate de béisbol pidió silencio a su progenie y les confeso.
-Hijos mios, ladillas y demás seres involucionados frutos de nuestra escasez monetaria para adquirir profilácticos adecuados para el descomunal rabo de vuestro padre. YA no os queremos, y como no os morís solos tan rápido como os he parido, iros a infectar a otro y si volvéis aquí os desollaremos para vender vuestros escrotos como pitilleras africanas-
Los niños decidieron, en verdadera democracia, del aque fueron excluido las mujeres y las ladillas. Matar a su padre y a su madre, acto que hicieron armados con enormes cuchillos y trozos de calabaza, con crueldad les partieron las crisma, reventaron sus esfínteres y con el enorme rabo de su padre montaron una hamaca que les duraría cien años y que por cosas del destino acabaría como parte de la bufanda de la estatua de una virgen negra.
Enfadado, sin hogar, el vampiro del prepucio debió buscar un nuevo pollón, ¿quién querría un vampiro del prepucio?, camino por el mundo, miro bajo todos los pantalones y faldas, pero ningún prepucio era lo suficientemente grande y cálido para servir como su morada…
Triste, se sentaba en la fuente del pueblo con un cartel que decía:
-“ Busco enorme rabo para habitar sin molestia, a cambio como ladillas y doy consejos de kamasutra”
Un anciano se acercó al vampiro y tras orinar sobre el, descubrió su existencia y le dijo.
-Si buscas un enorme prepucio cálido y acogedor… tu al rey de este país debes conocer.
Feliz de tener una oportunidad. Nuestro orgulloso vampiro se lanzó hacia el castillo, donde fue detenido por los guardas hasta que logro convencerles que era el nuevo puto de la reina y su especializad era meterle hasta el codo sus piernas. Una vez en el salón del trono se lanzo de rodillas ante el rey y le grito:
-¡Déjeme vivir en su prepucio o gran señor! ¡Prometo no molestar y cuando se hinque a la reina le lameré el clítoris para que se corra con prontitud y usted pueda volver a azotar prostitutas en la mazmorra real!-
-O pequeño vampiro, nada me gustaría mas! Pero un dragón habita en mi prepucio desde hace unas décadas y me impide acatar tus deseos. ¡mata el dragón y se cumplirá tu destino de habitar en mi entrepierna real! – grito bajándose el pantalón.
El vampiro que no era tonto, miro el enorme dragón que enroscado en el real prepucio le miraba con mala uva y pésima intención.
-Enseguida vengo mi señor! –
Y fue a su antigua familia y allí convenció a los bastardos que habían matado a sus padres. Que odian seguir con el negocio de las pitilleras africanas de sus asesinados padres si mataban al dragón y arrancaban su verrugosa piel. Los niños y ladillas decidieron hacerle caso, pues estaban ya cansados de atraer con las furcias de sus hermanas a los borrachos que asesinaban para obtener sus prepucios.
Una vez muerto el dragón, el rey cumplió su palabra y otorgó al vampiro el ducado del “Mene cipote” y el real nombre de “Mata dragones del rabo del rey”. Y todos felices fornicaron sin condón y mas ladillas llegaron a mogollón.