Siete peruanos han pagado 12 dólares para inscribirse en Mars One, un proyecto de viaje interplanetario que enviará humanos a Marte a partir del año 2022. Si salen elegidos ninguno de ellos regresará a la Tierra.Recogemos a
Víctor Román en el malecón de Chorrillos, cerca del único planetario de Lima. Minutos después, detrás de él, se distingue una geografía roja y estéril, parecida a un desierto. Es
una proyección en 2D de Marte. Luego lo vemos en primer plano, con su casaca de la selección peruana,
delante de una nave espacial.Víctor Román es ahora un desconocido, un nombre cualquiera, pero posiblemente se haga famoso si logra
viajar a Marte.El ticket de viaje se lo auspicia
Mars One, un programa creado por el holandés Bas Lansdorp. En el 2022 este empresario pretende enviar a Marte un contingente de humanos para establecer allá una colonia de terrícolas,
sin pasaje de retorno.Víctor, 62 kilogramos en la Tierra, pesaría 21 en Marte, ha pescado el anzuelo junto a otros cien mil que en todo el planeta se han inscrito en el portal web de
Mars One. Víctor ha pagado 12 dólares por su inscripción. Si queda entre los seleccionados, su viaje a Marte podría costarle más barato que un boleto de bus a
Ayacucho. Mars One no ha incluido hasta ahora ningún un pago adicional.
Este 31 de agosto se cierran las inscripciones.
Las razones de los postulantes son múltiples: el sinsentido de la vida en la Tierra, alguna vocación escondida de científico o astronauta, condiciones para adaptarse a situaciones extremas. Algo de locura. Siete peruanos ya se han inscrito.
El plan es el siguiente: después de la selección de los astronautas sin experiencia, Lansdorp planea enviar el 2016 un satélite de comunicación y una nave espacial llamada Dragon con suministros de 2.500 kilogramos de comida y reservas de agua, que a la larga se acabarán pero, dicen, se reciclará.
No se sabe cómo.Siguiendo con el plan. En el 2018 se enviará un robot para encontrar la mejor ubicación para la colonia. En el 2020 lanzarán unidades de vivienda que serán construidas en el subsuelo marciano. La tripulación viajará en septiembre de 2022. Siete meses después los humanos llegarán a Marte. En diez años, antes que los astronautas de la NASA, la tripulación de Mars One se internará en Marte. En 2025 llegará el segundo grupo, la misión Mars Two, y seguirán enviando grupos hasta el 2033, cuando la colonia cuente veinte residentes.
Víctor ha iniciado un entrenamiento riguroso. Corre ocho kilómetros cuatro veces por semana. Sigue una dieta estricta de proteínas, lácteos y cero grasas. Consume literatura sobre Marte, best sellers. Cree que pasará la primera selección.
Tiene ventajas, dice. Se adapta con facilidad y no se arraiga a un solo lugar. Su padre fue oficial del Ejército. Y él pasó sus 28 años entre viajes y mudanzas. La sensación de hogar nunca la ha tenido, explica. Le da igual vivir en la Tierra que en Marte.
VIAJE SIN RETORNOCuando Víctor contó en casa lo de su viaje a Marte, su papá le dijo:
“Vas a ir a morirte a ese planeta”. Él le respondió: “No, me voy a ser inmortal”.Según las bases de Mars One, el proceso de selección contemplará la evaluación del perfil de cada postulante. Los seleccionados deberán enviar un certificado médico y una evaluación de su salud mental. “Para saber si no somos ni esquizofrénicos ni locos”, dice Víctor. Pero hay que estar un poco loco si es que se quiere ir a Marte en un viaje sin retorno. A menos que se quiera trascender como Colón, como Magallanes. Ser de los primeros que pise Marte, acompañar al robot Curiosity, colonizar. Son las ambiciones de Víctor, estudiante de idiomas de día y botones en un hotel por la noche, consumidor compulsivo de noticias sobre hallazgos científicos extraterrestres.
“Tengo la intención de hacer algo más grande con mi vida”, dice, pues considera que no tiene vocación para la vida corriente del terrícola promedio: trabajo, horario de oficina, familia, hipoteca. No se amolda a la plantilla.
Preferiría adaptarse, dice, a
temperaturas mínimas de menos
87 grados bajo cero, la temperatura en Marte. Adaptarse a las tormentas de arena, a la alta radiación solar. ¿Un suicida? ¿Un soñador?
Víctor sabe que no tiene muchas posibilidades, pero trabaja con probabilidades. Suficiente para él si logra pasar la fase de selección o si al menos llega a la de entrenamiento, que tendría una duración de ocho años.
Víctor sabe que compite con científicos, con médicos, con pilotos, con gente en mejores condiciones físicas como el astrobiólogo Aarón Hamm y el físico Austin Bradley, ambos estadounidenses, ambos favoritos en la comunidad. Sin embargo, Víctor y su autoconfianza creen que pueden ir a Marte.
VIAJE MILLONARIOSe calcula que el viaje a Marte
costará 6 mil millones de dólares. Mars One sería financiado con la venta de patrocinio y publicidad. Un gran show televisivo. Cámaras que seguirán a la tripulación desde su entrenamiento hasta la llegada al planeta rojo. “Verme expuesto al público si es que soy elegido es uno de mis mayores reparos sobre Mars One”, narra Víctor.
¿Por qué conquistar, poblar, colonizar Marte?, le pregunto: “Un meteorito desapareció a los dinosaurios. Las probabilidades de nuestra extinción como raza son muy altas. Si tienes humanos sobreviviendo en dos planetas, las posibilidades de sobrevivir serán mayores”.
Los seleccionados para el viaje a Marte serán enviados en grupos de cuatro. Dos hombres y dos mujeres. Los cuatro serán compañeros desde el primer día del entrenamiento hasta el día de la partida.
El problema empezará, aclara Víctor, cuando las naciones empiecen a enviar a sus ejércitos o se manden expediciones para hallar minerales.
“Mars One no va a conquistar, no llevaremos armas. Vamos a aprender y a sobrevivir”.Edward Montenegro es otro de los peruanos que postula por un cupo a Marte. Su razón es lo que mueve a miles de personas a jugarse la lotería: el azar. Los padres de
Edward, 27 años, murieron el año pasado, tiene un hijo de cinco. Escribe desde Teresina, Brasil:
“Mars One es el único proyecto de la historia de la humanidad que nos da la oportunidad de soñar a nosotros, simples mortales”. Edward, que es diseñador gráfico y estudiante de Física, cree que el hombre conquistará el universo y alimenta un blog sobre vida extraterrestre.
Juan Manuel Núñez, 21 años, es el más joven de los postulantes. Desde Ucayali, el estudiante de Ingeniería Ambiental dice que el proyecto solo será posible si se trabaja en equipo.
“Si se antepone a la humanidad sin pensar en beneficios propios”.Junto a un brasileño, Víctor Román es el miembro más activo del grupo de Facebook que ha creado la comunidad Mars One. Por estos días, dice, se abrió un debate sobre la posibilidad de
reproducirse en Marte. Se está calculando cuántos preservativos deberían ser enviados para evitar una concepción. Alguien por ahí propuso
que hombres y mujeres sean esterilizados.Detalles como estos aún no han sido aclarados. De momento, faltan diez años para el viaje. Pronto se conocerá a los seleccionados.
Pronto estaremos informando directamente desde Marte.