Independientemente del ramo al que se dedique la empresa, el hecho de que te pidan darte de alta en el RETA (sí, a mí me lo contaron así, que siempre suena más molón, y al final acaba siendo Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), ya significa que tú vas a arriesgarlo todo y ellos nada.
Y si luego no cumples los objetivos (que probablemente no los cumplirás), te quedas sin nada; eso sí, a la empresa le dará igual porque los clientes que hayas conseguido habrán pasado a su cartera y la única preocupación será contratar a otro autónomo para repetir todo el proceso ya que, por desgracia, siempre habrá gente desesperada que acepte estos trabajos.
A título personal, prefiero quedarme sentado en el sofá que trabajar en esas condiciones porque en el sofá, al menos, no pierdo dinero, tiempo ni salud.