Elon Musk, máximo responsable de
Tesla, consejero delegado de
SpaceX, impulsor de los trenes de súperalta velocidad
Hyperloop y desde hace poco también responsable de su propia compañía de
excavación de túneles ha lanzado una nueva compañía llamada Neuralink Corp con la que aspira a unir mentes humanas y ordenadores utilizando la tecnología de lazo neural. La noticia ha sido recogida en primicia por el
Wall Street Journal, aunque lo cierto es que el ejecutivo de origen sudafricano llevaba meses dejando un rastro de miguitas en relación con su interés en este tipo de avances.
Más conocido por su amplia difusión en películas, series y libros de ciencia ficción, el uso de la tecnología de lazo neural para conectar inteligencias naturales y artificiales es una de las quimeras científicas que más atención están despertando en la comunidad de
start-ups dedicadas al desarrollo de avances relacionados con la medicina. Gracias al uso de electrodos conectados directamente al cerebro, personas paralizadas podrían volver a caminar y los miembros amputados serían sustituidos por prótesis de altísima precisión en comparación con las actuales, pero sus posibilidades van mucho más allá.
A pesar de que el uso de miembros robóticos es tal vez la más obvia de sus aplicaciones, Neuralink también contempla el lanzamiento de implantes para el tratamiento de dolencias como la depresión y la epilepsia (solo ahí el potencial económico de sus creaciones de monumental), así como otros mucho más experimentales y que no tendrían por qué estar estrictamente relacionados con la salud.
Durante una conferencia impartida el pasado mes de junio, Musk propuso una "interfaz cortical directa" que embebería una capa de inteligencia artificial en el propio cerebro humano para ampliar el potencial humano. Las posibilidades son infinitas llegados a este punto.
Según Musk, nuestra capacidad de salida de datos e interacción es bajísima en relación a la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro, "particularmente con un teléfono, con dos pulgares tecleando. Es ridículamente lento. Nuestra entrada de datos es mucho mejor porque tenemos una interfaz visual de banda ancha en el cerebro. Nuestros ojos captan un montón de datos", declaró el ejecutivo.
Uno de los motivos por los que la tecnología de lazo neural sigue siendo esquiva es que el establecimiento de un enlace entre el cerebro humano y un sistema cibernético es un proceso peligrosamente invasivo. Musk aspira obviamente a reducir sus riesgos al tiempo que se desarrollan y perfeccionan las tecnologías que harían posible la comunicación entre ambas partes.
Aunque Neuralink está registrada como compañía de investigación médica en el estado de California desde hace varios meses, Musk no ha querido realizar declaraciones al respecto. Según el Wall Street Journal, actualmente se encuentra ocupado pensando en cómo financiar esta nueva aventura que también podría contar con el apoyo económico de otros socios.
Fuente: Business Insider