Aqui pongo mi primer relatillo, seguro que tiene cientos de fallos asi que no ser muy crueles conmigo jejeje, pero bueno, hacerme todas las criticas que podais y asi podre mejorarlo ¿de acuerdo?
Gracias y un saludo
Eran las 10:00 p.m., estaba en la puerta de aquella habitación paralizado, solo, debatiéndose entre si cruzar o no, caminar por el gélido pasillo o quedarse en la calida realidad….
En su mente recordaba aquellos buenos momentos, aquellas historias para no dormir de su juventud, aquel reflejo de su amor, del amor de su vida, de aquella mujer que lo único que hizo fue robarle el corazón y no se lo devolvería jamás,. Y ahí estaba él, en esa habitación a un solo paso, sin saber quien le esperaba al otro lado, sin saber si ella estaría allí o si se encontraría solo una vez más, después de analizar la situación dió un paso atrás.
Se despertó, era de noche hacia frío y no veía otra cosa que oscuridad, vislumbro algo, una luz nítida, vio hierba a su alrededor, árboles, estaba tirado en el húmedo suelo, tiritaba de frío, no lograba incorporarse, vio su coche bocabajo a dos metros de el, la luz que vió provenía de un faro trasero, el resto del coche parecía como si hubiese sido aplastado por una apisonadora. Por una de las ventanas vislumbro un cuerpo, en principio parecía inerte, sin vida, y se le vino el mundo encima.
Se arrastro como pudo hasta llegar a él, le dolían todos los huesos de su cuerpo, pero al ver esa silueta poco importaba su dolor, solo podía pensar en ella. Al fin llego a la ventanilla, y pudo verla, el dolor de su pecho fue insoportable, parecía que le clavaban mil puñales, golpeo varias veces el cristal, con la esperanza de que ella le dedicara esa sonrisa celestial, pero no paso nada, no contestaba, no respiraba, solo la idea le destrozaba, pero se daba cuenta de lo que pasaba.
Empezaron a sonar sirenas por todos lados, se veían flashes de luces de todos los colores y allí se quedo, con su soledad y su amargura, de repente se le empezaron a cerrar los ojos, le faltaba el aire y poco a poco sucumbió la oscuridad.
De repente se encontraba allí en la sala, de nuevo, en esa puerta blanca con un pasillo delante donde parecía hacer mas frío que en el propio polo norte, ahora sin dudarlo, se adelantó, caminó sin pensar en nada, puesto que nada le ataba ya, solo pensaba en esa sonrisa, la cual le hubiera gustado ver una ultima vez, y de repente una luz cegadora le llego, y sucedió.
