Estoy llorando en un rincón,
recordando aquellos momentos
mi cabeza quiere olvidarte
pero el corazón me dice que no.
Ahogándome en lágrimas,
así me encuentro hoy.
Nada será como antes,
ya no, ya no volverá.
Llorando en un rincón
poco a poco muero de frío;
necesito tu calor
pero sé que no volverás.
En un rincón mis lágrimas se secaron,
tras tanto llanto han muerto,
por eso ya no tienen sentido.
Llorando intento olvidar.
Pero es inútil, no puedo.
La razón está en mi contra,
los sentimientos me traicionan,
no puedo hacerles frente.
En un rincón recuerdos me asaltan,
quiero deshacerlos, borrarlos,
y aunque la vida se me va en ellos,
ansío que todo termine por fin.
Y no acaba, permanece igual.
Se entumecen mis dedos,
no se recuperarán,
todo el calor se esfumó.
Es involuntario, no puedo olvidar.
No puedo hacer que vuelvas,
y tampoco sé si lo quiero.
Me ahogo en mis propias dudas.
Solamente espero que recuerdes,
ese recuerdo es todo lo que quedó.
El recuerdo de lo que vivimos,
de lo que disfrutamos.
Ahora me doy cuenta.
Tus besos se vacíaban sin control,
se había apagado la llama,
ni el fuego del infierno la avivará.
Grito de desesperación,
tu última cara no fue tu sonrisa;
fue una mirada helada,
pero se notaba tu propia pena.
Ojalá entendiera tus motivos,
por qué te dolió el marcharte,
por qué aún así te fuiste,
por qué me abandonaste.
Ya no me quedan lágrimas,
se derramaron todas por ti.
De poco me sirve,
mi ánimo no mejora.
Nada puedo hacer, ya lo intenté.
Derramo mis palabras en papel,
esperando algún consuelo,
aunque lo hago sin esperanza.
Así que aquí me quedaré,
esperando inútilmente tu regreso.
No volverás, no te veré.
Aguardaré, acurrucado, en un rincón.
En un rincón...