Efectivamente, es muy difícil dar una respuesta concreta porque a lo largo del año pasamos por diferentes temporadas y en base a cuestiones muy distintas.
Una de las que más afectan, al menos en mi caso, es la existencia o no de juegos actuales que me tengan enganchado, porque eso reduce mucho mis horas de retro durante la semana.
Y las aficiones complementarias, también. Si estoy leyendo dos novelas, como me ocurre ahora (la quinta de Juego de Tronos y la sexta de Fundación), pues se nota.
Y encima estoy saliendo a correr y metiéndome tres días de gimnasio, a los que voy a añadir un cuarto de natación. A esto añádele tiempo para estudiar inglés, para ver a la novia y para el cine, que me encanta.
Total, que ahora mismo me queda para jugar una hora diaria entre semana, que dedico al retro porque las consolas actuales ahora no me apetecen y, eso sí, los fines de semana saco unas cuantas más.
Así que me voy a quedar en el tramo de 5 a 10 horas, pues unas semanas estoy más cerca de las 5 y otras más de las 10, pero es raro que me salga del mismo por defecto ó exceso.