Sony ha ganado para mí. Han presentado mejores juegos y más variados, han tenido la decencia de obviar Driveclub por su gran retraso (pudiendo presumir del espectacular resultado final) y han preferido no hablar de muchísimos títulos que ya se ha confirmado que están en desarrollo para no caer de nuevo en el error de anunciar oficialmente títulos que finalmente tarden más de la cuenta en acabarse. Eso sí, el tío sin cuello hablando media hora de las virtudes de PlayStation Now lo podrían haber abreviado bastante y cambiarlo por títulos de PS Vita, a la que han abandonado. Lo de Let It Die me dio un bajón (¡¡quiero el Lily Bergamo!!). Pero para alegrarme el día estaban Bloodborne, The Order: 1886 (joder, que flipada), The Last of Us Remastered y el vídeo en tiempo real de Uncharted 4. Little Big Planet 3 me da igual porque es demasiado infantil, pero tenía mecánicas interesantes. El tráiler de Metal Gear Solid V (al no salir para PC, este multi tiene su mejor versión en PS4) fue impresionante. Deberían haber dicho algo más de RiME y Deep Down. Gradioso el tráiler de ABZÛ (pintaza). Muy poco de Morpheus, pero allí estaba. The Last Guardian... ains... a ver si volvemos a verlo algún día.
Ubisoft sacó pecho y presentó un Assassin's Creed: Unity potentísimo (conste que a mí AC me la suda), presumió de Tom Clancy's The Division otra vez más, presentaron Ranbow Six: Siege y Far Cry 4, y volvimos a ver el vídeo de Valiant Hearts. La presentadora iba de un rollo que no me gustó, pero bueno.
Microsoft habló de juegos de los que lleva hablando desde antes de sacar la consola, pero el vídeo de Sunset Overdrive fue la caña. No puedo decir lo mismo de los decepcionantes Fable Legends y sobre todo Project Spark, que cada vez que veo algo nuevo más mala pinta tiene. Mucho de Halo, que es el Mario de Microsoft, para levantar las ventas. Inside y Ori and the Blind Forest tenían una pinta magnífica. Apoyo indie, menos mal. Y al final salvaron los muebles con un concurso de cortos de animación de juegos que saldrán con toda seguridad para 2016, y de los que Scalebound puede que sea un pelotazo. Será que tengo mucha imaginación, pero me pareció que Kamiya intenta hacer un cruce entre Devil may Cry y Monster Hunter.
Nintendo fue con todo lo que tenía, aunque en su vídeo para pobres, en vez de en una conferencia de verdad. Presentó muchos juegos infantiles, como el Yoshi en plan Little Big Planet, el Captain Toad: Treasure Tracker, el nuevo Kirby (no me gusta nada ese sistema de dibujar) o Splatoon. Muy sorprendido con este último, no por la mecánica, que no está mal, sino porque Nintendo ha optado por fin por hacer un juego en el que sus protagonistas no sean de la cantera de siempre, sino nuevos por completo. Lo de los muñequitos con NFC (Amiibo) me da lástima y náuseas al mismo tiempo. El Zelda lo vi cojonudísimo pese a lo poco que se vio (de los cinco mejores de toda la feria). El Smash es que no me interesa, pero agradezco enormemente que Nintendo respete a Sonic, MegaMan y Pac-Man, tres auténticas leyendas de los videojuegos, más que sus propios creadores (SEGA, CAPCOM y NAMCO), que los tratan fatal desde hace tiempo. Mario Maker me dio vergüenza ajena. Los juegos de Miyamoto los he visto flojos de narices. Espero que el StarFox mejore mucho. Pelotazo lo de regalar Bayonetta con Bayonetta 2. Echo muchísimo de menos un Metroid y un F-Zero a lo GX. Quizás en otra ocasión.
Y la de EA no la vi. Me niego a saber nada de esa panda de ladrones. Y en esta industria, considerar a alguien especialmente ladrón es casi peor que en política. Me da igual lo que presente EA. No pienso comprarles nada.