LA RUTA:
26 de abril de 2007: Göteborg
Cogemos, a las 6 de la mañana, un vuelo de Ryanair de Barajas a Göteborg, nuestro destino más occidental del país. En tres horas y pico, aterrizamos en un pequeño aeropuerto con una sola pista, rodeado de pequeñas casas y bosques. Suecia estaba amaneciendo en ese momento.
Cogemos un autobús para dirijirnos al centro de la ciudad, donde hemos reservado una habitación doble con baño compartido en un albergue juvenil. Desde donde nos deja el bus, cogemos un tranvía el cual, no pagamos, ya que vemos un extraño lector de tarjetas que nadie utiliza para subir... Por lo que imitamos a los pasajeros y nos hacemos los suecos
Dejamos el equipaje en el albergue (impoluto, novísimo, con sauna y todo... Impresionante. El desayuno buffet también increíble) y nos disponemos a visitar la ciudad de Göteborg.
La cocina del albergue. Atención a la cantidad de cubos de basura para reciclar
Iglesia en Göteborg
Göteborg es una ciudad portuaria de Suecia, con un importante museo naval (el que más barcos a flote tiene de Europa).
En esta fantástica ciudad con calles antiquísimas (antíguas casa de los sirvientes del rey hoy son cafeterías donde puedes tomar algo en las terrazas abrigado con una manta), tiendas de decoración en cada esquina y parques enormes, pasamos únicamente un día y medio.
Parque en Göteborg
27 y 28 de abril de 2007: Estocolmo
A las 12 de la noche, aproximadamente, llegamos en tren a Estocolmo. Los trenes en Suecia son increíblemente puntuales, limpios y baratos (baratísimos), gracias al descuento Just nu 2 klass. Consiste en reservar el billete con mucha antelación. Creo que el billete no llegó a 15€...
Llegamos al hotel de Estocolmo (que, a parte de ser más caro que los albergues, sin llegar a ser malo, era peor...) en torno a la 1 de la noche y nos fuimos a dormir. Nos sorprendió la marcha que había por la calle a esas horas... Aunque suponemos que la fiesta no duraría mucho más tiempo.
A la mañana siguiente fuimos a visitar Estocolmo. Tiene aire de gran ciudad, aunque no se parece en nada al resto de ciudades europeas... Está dividida en varias islas, por lo que los puentes y el tráfico de barcos es la postal más típica de la ciudad. Combina construcciones modernas, como el parlamento o el ayuntamiento, con edificios clásicos como el palacio real. Es realmente fría, por los vientos de Rusia que golpean contra ella sin piedad... El centro de la ciudad alberga un parque nacional (en la isla de Djurgarden), que utilizan sus habitantes como lugar de paseo, picnic, deporte, etc. Los picnic son realmente típicos en Suecia con la llegada del buen tiempo.
Una de las plazas más concurridas de la ciudad, aunque no lo parezca.
Palacio Real
El Parlamento
En la famosa Sala Azul del ayuntamiento, se entregan los premios Nobel. Sin embargo, la sala es de color rojo
El Ayuntamiento
La catedral de Estocolmo se encuentra en la misma isla que el Palacio Real, en Gamla Stan (Ciudad vieja). Es la parte más antígua de Estocolmo y la catedral tiene una antiguedad de más de siete siglos. Esta isla es una encantadora parte de la ciudad, con callejuelas estrechas y mucho comercio.
La catedral
Un buen lugar donde comer y conocer las constumbres culinarias suecas es el mercado tradicional de Östermalmstorg. Puedes comprar como en un mercado normal o también puedes pedir comida ya cocinada. Hay mesas largas por el mercado donde te sientas con otros comensales. Conocimos a un par de suecas muy simpáticas que nos recomendaron qué comer. Encima, fue baratísimo. Lo ideal para comer barato en suecia es pedir en un restaurante el plato del día (dagens rätt) entre las 11 y las 14. Así se puede disfrutar de un plato principal con pan con mantequilla, ensalada o guarnición, refresco y café por unos 6€. De todas formas, normalmente el pan y el agua es gratis: hay un grifo donde te puedes llenar el vaso de agua las veces que quieras y una fuente con trozos de pan para coger también.
El mercado de Östermalmstorg
Algo curioso del país es su concepto de espacio... Comparten todo: no hay vallas diviendo fincas, en el transporte público la gente no ocupa milimétricamente su sitio, sino que invade un poco el tuyo y deja que tú invadas el suyo... En las colas las distancias son mucho menores: todo el mundo se junta muchísimo. Me pareció muy curioso... Al igual que lo de sentarse codo con codo a comer con extraños. ¡Ah! También se descalzan en los trenes, cosa muy práctica y cómoda, siempre y cuando, no le huelan los pies al personal (cosa muy poco frecuente...)
Otra cosa interesante que ver en Estocolmo es el Museo Vasa. Es el museo de un barco de guerra del siglo XVII que se conserva íntegramente, ya que naufragó el día de su inauguración
También merece la pena visitar el Museo Nórdico, aunque a nosotros no nos dió tiempo u_u
Y, por supuesto, el metro. Es conocido por la originalidad y belleza de sus estaciones. Cada cual es más rara
29 de abril de 2007: Uppsala y Östersund
Uppsala es una ciudad universitaria muy cercana a la capital sueca. Su catedral es la más grande de todo escandinavia.
La catedral de Uppsala
Llegamos a Uppsala a las 7 de la mañana o así y tuvimos que hacer tiempo hasta que abriera la oficina de turismo (bueno, y las cafeterías para desayunar, que abrieron a eso de las 10 y ya estaba que me moría)
Nuestro plan era visitar lo más importante de la ciudad en esa mañana...
En la parte antígua de la ciudad (Gamla Uppsala), encontramos la reproducción de un templo vikingo y unas cuantas tumbas vikingas. Está a unos 4Km del centro de la ciudad, pero hay un autobus que, tras atravesar bonitos barrios de chalets, nos dejó justo al lado.
Templo vikingo en Uppsala
La ciudad está llena de runas, que son estelas, probablemente funerarias, de la época vikinga.
Runa vikinga
Una ciudad muy bonita que merece la pena visitar...
Después de comer unos bocatas de albóndigas con remolacha (estaban deliciosos, por increíble que parezca), fuimos a la estación a coger el tren que nos depositaría en Östersund al final de la tarde.
Östersund
La gracia de ir hasta allí es el viaje en tren. Este será nuestro destino más al norte del país, aunque no llegamos a introducirnos en el círculo polar ártico. Por la ventanilla del tren pudimos observar los cambios en la vegetación desde bosques continentales de hayas, abetos y abedules a tundra, donde dólo resisten los árboles mejor adaptados al frío. El trayecto fue largo, aunque muy agradable, ya que el tren tuvo que parar varias veces para dar paso a pequeñas manadas de renos y otros animales. Como ya os dije, en Suecia no hay vallas, y ni las vías del tren las tienen, probablemente, para evitar separar a grupos de animales...
El tren, dirección Östersund
La ciudad de Östersund tiene aspecto más de pueblo, aunque tiene de todo: cines, supermercados, farmacias, tiendas de decoración (cómo no), restaurantes, ... Lo más probable es que estos pueblos se queden aislados durante la mayor parte del invierno, por lo que necesitan tener todo a mano.
El ayuntamiento de Östersund
Allí conocimos a una señora lapona muy graciosa que nos explicó los secretos de la carne de reno
(un manjar por esas tierras).
En Östersund se celebra un campeonato de saltos de ski, al parecer, muy importante.
Vista de Östersund y la pista de ski
Dormimos en un precioso albergue juvenil muy acogedor donde los dueños eran tan confiados que no estuvieron y pagamos dejando el dinero en un buzón (¡cuando ellos sólo tenían nuestro nombre y apellidos!)
El albergue
A la mañana siguiente, muy temprano, nos fuimos a la estación a coger el siguiente tren... El reloj marcaba las 5:50 y ya era de día.
30 de abril de 2007: Malmö
Suecia es un queso de agujeros. Está colmado de lagos de aguas tranquilas y paisajes idílicos, con árboles enormes reflejados en ellos y pequeñas casas típicas de madera roja.
Apacible mañana en un punto entre Östersund y Estocolmo
Cogimos un tren de alta velocidad ( también por muy poco precio) hacia Estocolmo, donde paramos una hora a comer. Luego, cogeríamos otro tren que nos llevaría a la ciudad más al sur de nuestra ruta: Malmö.
Después de recorrer más de 1000Km y casi doce horas de viaje desde Östersund, llegamos a Malmö. Recuerda más al resto de ciudades europeas y se nota en su arquitectura que es una ciudad menos aquejada por el frío. Visitamos los monumentos más importantes de la ciudad aquella tarde (la verdad, es que es bastante pequeño) y decidimos pasar el día siguiente en Copenhague, ya que hay trenes y autobuses que unen las dos ciudades, a través de un puente (el más alto de Europa) de reciente construcción.
Plaza de Stortorget, Malmö
Plaza de Lillatorget
El edificio más representativo de la ciudad es la Torre de Calatrava, situada en un barrio que gestiona toda su basura, la recicla y los residuos los utiliza como combustible para la calefacción.
Sostenible 100%
La torre de Calatrava
Dormimos en otro albergue juvenil que era mejor que muchos hoteles en España
Habitación doble con baño y con desayuno buffet. Todo limpísimo y muy nuevo.
La verdad es que es una ciudad muy bonita y recogida... Merece la pena visitarla. Dio, además, la casualidad de que cuando estuvimos allí, era una fiesta en la que los jóvenes encendían hogueras y hacían fiesta toda la noche y, en efecto, todos los parques estaban llenos de gente haciendo barbacoa y bebiendo. Muy buen rollo
Ambiente fiestero en Malmö
1 de mayo: Copenhague
Cogimos el bus tempranito, que nos costó unos 20€ ( algo caro para lo cutre que era el bus, pero bueno... Mereció la pena). No cambiamos de moneda (en Suecia se usa la corona sueca y en Dinamarca, la danesa) porque pensábamos pagar con tarjeta allí y no nos merecía la pena cambiar tan poco dinero... Después de un agradable viaje de algo más de media hora divisando el perfil de ambas ciudades desde las alturas del puente, se llega a Copenhague. El bus te deja en el mismísimo centro de la ciudad.
Copenhague es una ciudad realmente grande y con muchas cosas que ver y que, desde luego, merece más que una mera visita, pero es que no teníamos tiempo para más...
La más típica foto de Copenhague
Tiene unos canales preciosos y unos edificios espectaculares. La plaza del Ayuntamiento es preciosa, al igual que las calles ajetreadas que la rodean.
Concurrida plaza de Gammeltorv y Nytorv
Plaza del Ayuntamiento o Rådhuspladsen
Una curiosidad de la ciudad es que existe una comuna hippie en el centro, en la isla de Christiania. Al parecer, ha decaído muchísimo y ya a penas conserva su espíritu de sociedad libre... No fuimos por falta de tiempo, pero se notó su existencia en las manifestaciones del 1 de mayo que hubo por toda la ciudad
Manifestaciones en el día del trabajador
Preciosos monumentos...
Volvimos después de comer en un genial restaurante danés a Malmö, recogimos las maletas y nos dirijimos al aeropuerto de la ciudad, donde conocimos a un Sevillano que vivió por aquellas tierras y había vuelto enamorado. ¡Si él soportó el frío, nosotros también podemos!
Ahora estamos pensando en visitar Suecia en invierno, que tiene que ser muy diferente... Con buen tiempo nos encantó y la verdad es que es un país muy cercano y a la vez bastante desconocido. Es un lugar donde todo el mundo habla inglés (hasta los pescaderos) y es muy amigable... Un lugar apacible que conocer, desde luego.
Así que... ¡Hasta pronto, Suecia! O, como se diría en sueco: Adjö så länge!