faco escribió:@Yaripon Yo creo que cada uno debe encontrar su punto de equilibrio en cada cosa. A mi me gusta hacer cosas solo. Ir al cine, irme de compras, dar un paseo con la bici...
No tengo compromiso para cumplir un horario con nadie, no tengo que negociar qué se hace o se deja de hacer...
Eso sí, cuando quedo con más gente soy muy complaciente. Total, lo que a mi me gusta hacer lo puedo hacer por mi cuenta cuando a mi me de la gana. Me parece más interesante amoldarme al grupo y dejarme llevar porque los demás tienen ideas que a mi no se me habrían ocurrido o jamás habría considerado como interesantes.
Y las cosas que me gustan hacer a mi, cuando las hago con otra persona no me gustan tanto...
Esto al final lleva a situaciones un poco incómodas:
"Venga, hacemos algo que te guste a ti"
"Es que las cosas que me gustan, me gustan porque las hago solo. Si las hago contigo no me lo voy a pasar igual de bien"
Y esto es dificil de explicar. La gente se ofende cuando les digo cosas así.
Por ejemplo, me encanta ir a tiendas de comics y ojear las estanterías. Si voy solo me puedo tirar horas viendo los tomos, recorriendo cada balda, mirando cada comic... sin límite de tiempo. Cuando voy con otra persona, se acaba aburriendo y metiendo prisa "ya llevamos mucho tiempo aquí, vamos a otro lado". Y al final estoy con un tipo, que tiene un ritmo distinto de hacer las cosas, apremiandome a hacer las cosas de forma que a mi no me gusta.
Cuando quedo con gente, tras varias quedadas siempre sale lo de "propón tú algo que te guste, que nunca propones nada". Yo tengo planes que me gustan, pero no los quiero hacer con vosotros. "No te pongas así, si no quieres venir no vengas"
No sé, al final acabo dejando de quedar con el grupo porque todo acaba siendo muy incómodo.