Es curioso porque precisamente en el ejemplo que cita el OP, más que un tema de pasta (que también influye, obvio, como todo en esta vida), el Madrid ha empezado a ganarlo todo (a nivel nacional-y tampoco, la Supercopa llevaba cuatro años sin ganarla por ej, la Copa la ganó el año pasado el Barça, la liga el Valencia hace Dos-, en Europa Laso lleva 2 Euroligas en 8 años) cuando ha conseguido dar con la tecla después de décadas haciendo el ridículo.
Fichó un entrenador que venía rebotado de varios equipos y que nadie confiaba en él. Impuso un estilo que la mayoría de entendidos no veía ganador. Empezó a fichar a jugadores que encajasen en su idea, pero a excepción de Rudy que venía también rebotado de la NBA y con la espalda hecha unos zorros, el resto no eran jugadores especialmente caros. Le dio confianza al Chacho que antes de llegar él era un bulto sospechoso, fichó a Carroll (único jugador destacado de la ACB que ha fichado en estos ocho años, si no me dejo a nadie) y después ha ido fichando lo que veía que le faltaba. Paralelamente el Madrid ha ido trabajando la cantera de forma espectacular, sacando gente como Mirotic o Doncic, formando una conexión con el aficionado que va más allá de ganar o perder. Este año han llegado Deck y Prepelic, jugadores muy alejados del radar, que tiene pinta que darán continuidad al proyecto en los próximos años. El año pasado llegó Tavares por la plaga de lesiones que hubo, otro rebotado de la NBA, y ha resultado ser la guinda que le faltaba al Madrid para ser ese equipo realmente dominador.
Mientras el Barça, con presupuestos iguales o incluso mayores sufre incluso para entrar entre los cuatro mejores a nivel nacional ("quitándole" a esos equipos sus mejores jugadores, que pregunten en Valencia y Vitoria) , y en Europa no se mete ni en Playoff. Veremos este año qué pasa.
Así que no, no me aburre porque hace nada la película era al revés y me divierte ver jugar al Madrid después de más de media vida viendo al equipo de ridículo en ridículo. Y porque veo que las cosas se hacen desde el sentido común y cada año veo alicientes nuevos que me vuelven a enganchar.
Perdón por el tocho